Reportajes y Especiales
Armamentismo europeo pone en vilo la tranquilidad mundial
30 de junio de 2025
“Si queremos la paz, prepárate para la guerra”, parece ser la máxima que se aprestan a cumplir los miembros de la Organización del Atlántico Norte, OTAN por sus siglas en castellano y NATO en inglés, que acaba de acordar un multimillonario gasto militar que comprometerá el 5 % de su PIB, Producto Interno Bruto, de aquí hasta el 2035.
Con excepción de España, los demás países que conforman la Unión Europea, Canadá y los Estados Unidos, el más exigente en el aumento de la contribución para el rearme militar, estuvieron contestes en su reciente cita de fortalecer su número de soldados, de tanques, de cañones, de misiles, de drones, y en fin, cuanto artefacto de destrucción se cuente, como mecanismo de defensa que según sus líderes es necesario prever para un futuro cercano.
La sospecha de la OTAN, organismo creado después de la Segunda Guerra Mundial colmo mecanismo de contención contra el crecimiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas lideradas por Moscú, que a su vez fundó el llamado Pacto de Varsovia, ahora ya desaparecido y que sirvió de manutención de la llamada Guerra Fría y terminó con la disolución de la URSS en 1991.
El resultado final de esta cita celebrada en días pasados, es que treinta y dos estados miembros de la Alianza Atlántica acordaron en La Haya un aumento drástico de su gasto en defensa que era del 2 % anual hasta el 5 % de su PIB que esperan cumplir hasta el 2035, que incluye a todos los países miembros de la Unión Europea, además Canadá y los Estados Unidos, este último que era la nación que más gastaba en mantener la OTAN con un 62 % de su presupuesto operativo.
Este incremento, reconocido como histórico y ambicioso en el gasto militar, para muchos se convertirá en el muro de contención ante un país que consideran enemigo, como Rusia, pues en la reunión nadie habló ni de China, Irán o Corea del Norte que eran mencionados en reuniones anteriores.
Todo este inmenso caudal de dinero servirá para el gasto militar en operaciones, armamentos, administración, reclutamiento, logística y mantenimiento, con lo que aspiran los líderes del Viejo Continente permanecer tranquilos y sin nervios por lo menos hasta la próxima década.
Aquel axioma que reza: “A Dios rogando y con el mazo dando” espera aplicar la Unión Europea acompañada de Canadá y sobre todo los Estados Unidos, convertirá al planeta en una fortaleza del volcán dormido que ojalá nunca despierte o erupcione para el bien de la paz total que se aspira regular con esta medida calificada de extraordinaria con la excepción de España, que a pesar de disentir tal acuerdo, tendrá al final que cumplir el mandato.
Según el bloque europeo, existe una amenaza a largo plazo de parte de la Federación Rusa, que tras su intento de apropiarse de Ucrania, buscaría seguir con sus vecinos europeos, para cuyos líderes no será posible si permanecen alertas y hasta en sueños con un ojo abierto para que tal caso no suceda.
Pedro Sánchez, un lunar
tras acuerdo de la OTAN
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, fue el único mandatario europeo miembro de la OTAN que se negó a sumarse al gasto del 5 % del Producto Interno Bruto destinado al rearme militar acordado por sus socios que aspiran invertir miles de millones de euros para fortalecer sus equipos de defensa.
Aunque se negó a presupuestar más del 2.1 % de su producto interno, Sánchez se apartó de la “foto oficial” aunque para muchos tendrá que cumplir con este compromiso asumido por la Unión Europea y el cual firmó.
El Presidente de Gobierno en el país ibérico lleva ya siete años en sus funciones y además es el secretario general del Partido Socialista Obrero Español, que atraviesa por una seria crisis de credibilidad política ante denuncias de corrupción de dos de sus secretarios de Organización que ha inundado de comentarios en contra del ejercicio administrativo de Sánchez, cuyo mandato depende mucho de los acuerdos logrados con otros grupos minoritarios españoles.
Su decisión de no gastar más de lo pensado en refuerzo militar ha encendido la ira del presidente norteamericano, Donald Trump, que lo amenaza con otra guerra de aranceles contra los productos exportados hacia a su país.
Víctor Matos