Porfirio Parada
Me permito robar las palabras, limitarlas, no pensarlas, abreviarlas, esconderlas porque no tengo más. Escribir es otro vicio, es una pasión, una manera de ser. Me invitaron a escribir por eso escribo, porque navego con las palabras, un mar en la cabeza y en las manos para escribir. Leo y me gusta leer, pienso en las palabras y busco leerlas, pienso en las palabras y me gusta escribir. Pero hoy tengo pocas palabras y varios sentimientos. Puedo escribir lo que me está pasando ahora, puedo escribir una reseña de un escritor, sobre la Inteligencia Artificial, sobre fútbol, sobre la lluvia, sobre el mundo, puedo escribir un instante, puedo escribir sobre la inclusión de la palabra «Gocho» en la Real Academia Española, pero hoy no tengo palabras.
Me excuso pero escribo, no me importa cómo irá yendo el tema, la escritura, no sé qué pensarán los lectores, pero no me detengo, no me quiero detener cuando me invitan a escribir, el orden y desorden de las palabras, el ser y estar, los movimientos, los infinitos silencios. Para todo hay tiempo, incluso para escribir y pensar en lo que se escribe, pero algunas veces, me desvío de la escritura para leer algo que me llene el instante de palabras, pero no por palabras de mi escritura sino por otros autores, que me envuelven, me hipnotizan, incluso me hacen perderme de la vida y de mis ocupaciones para seguir leyendo palabras, frases, oraciones, capítulos, historias.
¿Que compromiso tengo en la vida? supongo que varios, pero uno de ellos, es la escritura. Es un compromiso, una fatiga, una libertad. Hoy busco palabras para rellenar el texto, busco palabras para calmar un poco las ansiedades de la vida, deseo que las palabras me lleguen, las busco, como sea, y transformarlas en buena literatura, en buena reseña, incluso en una buena nota de prensa, pero hoy no ando con estilo, con inspiración, aunque no sienta escritura en mi ser, me exijo con mi pensamiento para escribir bien, asi no sepa que estoy escribiendo. Pero ustedes lectores no se si entienden, pero les escribo que para una próxima entrega vendrá un texto más acomodado, uno más digerible, uno más ordenado, uno más serio, me permito este desorden, este ruido literario, este ejercicio del desamparo literario.
Esta semana fue una semana intensa, ordinaria, con instantes en éxtasis y con la rutina de las horas de trabajo. Me pasaron cosas y me siguen pasando, la acción y la inacción de las diligencias, compromisos y nuevas invenciones. esconderme de la lluvia aunque me gusta mojarme, ser divertido aunque hay días que muestro la amargura de la condición humana en mi rostro obstinado. Leí algunas noticias, vi algunos deportes, aprecié paisajes, conversé sin hablar, lei un libro roto, y me volví a llenar y desangrar de vida, pude escribir, incluso pensé en las palabras, pero no me fluyó escribir, se estancaron, se auto excluyeron de mí. Por eso escribo esto que será una publicación, la escritura de lo perdido que existe, la insistencia de vivir por medio de palabras. Lectores, les digo, que estaré recargado para los próximos días, habrá una historia, una temática, un cuento local, quizás en prosa, algún verso suelto, vendrá algo para que ustedes lean, más palabras, más literatura, más allá de la nada de escribir.
Locutor de La Nación Radio