CONFORME LO REGISTRA la historia de la humanidad, hay que desconfiar de quien se vende como puro, incorruptible, súper honesto y luchador sin tregua contra quienes caen en la tentación del enriquecimiento ilícito, de la delincuencia organizada o la del cuello blanco y de quien alardea de ser un enemigo jurado de los que meten la mano en el erario público… IGUALMENTE se debería poner en el rango de la permanente sospecha aquél que jura acabar con la pobreza, arrancar de la miseria a tantos hogares fundidos en la inopia, y de rescatar a los vagabundos, a los comebasura, a los niños de la calle, y del hambre en los barrios… TAMBIÉN hay otras perlas, como la de eliminar la delincuencia, poner freno a la prostitución y acabar con las promesas surgidas de los demagogos, mentiras frescas, aquellos que si no les funciona la primera falacia, de inmediato saltan a la otra… TODOS ESTOS vicios, contenidos y permitidos por el hombre a través de las leyes, se repiten y repiten a lo largo de los siglos como respuesta a una sola razón: La falta de valores en la formación de nuestros hijos, nuestros estudiantes, nuestros dirigentes… Y ESTOS VALORES no solo vienen de la escuela, sino sobre todo del hogar, en donde se deberían aplicar a rajatabla el rechazo de los pecados capitales o de las disposiciones morales tribales como el no robar, no matar, no mentir, pues quienes antiguamente caían en estas faltas, eran severamente castigados… UNA VEZ DIJO el veterano dirigente de Acción Democrática, Gonzalo Barrios, que el venezolano robaba porque no tenía motivos para no hacerlo, pues se le apañaba y hasta se le felicitaba, por lo que había logrado su éxito económico de manera rampante… SI HAY CORRUPTOS, es porque hay corruptores. Si hay ladrones, porque muchas veces la sociedad no satisface sus primarias necesidades o no los castiga; y si hay criminales, contrabandistas, narcotraficantes, extorsionadores, es porque han surgido de una sociedad inválida, que no han formado como debe de ser a sus futuras generaciones, porque ha permitido el ejercicio de la ilegalidad en donde se prestan tirios y troyanos, se corrompen a quienes manejan los resortes de la justicia, y se acaba como punto final con la moral y las buenas costumbres… UNA SOCIEDAD así, no crece, no se forma, no se desarrolla, sino sucumbe por la avaricia de sus ciudadanos, capaces de hacer cualquier cosa con tal de demostrar signos de riquezas a costa del prójimo, del desprotegido. Algo habrá que hacer, y la salud ante tantos males empieza por casa y por la escuela.
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Y ESTO, es todo por hoy.
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MENTIRAS universales:
“Todos somos hermanos, como Caín y Abel”.
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DIOS los bendiga, ¿Saben?
VICTOR MATOS