En medio de una avenida Venezuela desolada por el cierre de frontera durante 48 horas, donde en cada esquina atraviesan vallas para evitar que transiten carros y motos hasta la aduana principal, se ubican algunos silleros para brindar el servicio a pacientes.
El servicio es aprovechado por algunas personas que usan el canal humanitario habilitado para cruzar el puente internacional Simón Bolívar y cumplir con su cita médica en Colombia. Ante la falta de transporte público o de ir en vehículo particular, los que tienen dificultades en caminar los 350 metros binacionales pagan los 10 mil pesos que cuesta el servicio.

Durante el prolongado cierre de frontera, que se extendió por casi ocho años, este oficio pululaba al igual que los carretilleros, carrucheros o lomotaxis. Los pocos que quedan en la actualidad, desempolvaron la silla de ruedas para obtener algunas ganancias con un servicio que toma vida cuando los puentes cierran, como en este caso, por las elecciones municipales.

El canal humanitario estará activo este fin de semana. Los tramos internacionales vuelven a recuperar su dinamismo este lunes a las 6:00 a.m., hora en la que culmina la medida de cierre por los comicios, según informó la vicepresidenta Delcy Rodríguez en sus redes sociales.
Jonathan Maldonado