Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú anunciaron que dejarán de participar por tiempo indefinido en la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), bloque creado hace una década para contrarrestar la influencia de Estados Unidos en la región, según un documento al que tuvo acceso Reuters el viernes.
Este grupo de naciones representa la mitad de los miembros del bloque y argumentaron en una carta dirigida al canciller boliviano Fernando Huanacuni, fechada el miércoles, que la Unasur ha estado acéfala bajo la presidencia pro tempore de Bolivia y que no se dan las condiciones para tomar decisiones.
“La grave situación que vive UNASUR nos lleva a plantearnos la necesidad de iniciar una seria reflexión acerca de sus objetivos, estructura y métodos de trabajo, incluido su mecanismo de toma de decisiones”, dice la carta firmada por ministros de Relaciones Exteriores de los seis países.
“Dadas las circunstancias actuales, los países firmantes hemos decidido no participar en las distintas instancias de UNASUR a partir de la fecha”, agrega.
El canciller boliviano, al ser consultado en Quito sobre la intención puntual de Brasil de salirse del bloque, dijo el viernes no tener una notificación y que estaba previsto convocar a una reunión de cancilleres de Unasur para mayo.
“No tenemos ninguna información oficial (…), los mecanismos y los procedimientos internos requieren formalidades”, dijo a periodistas. “Unasur es una realidad geográfica e histórica”.
La Unasur nació impulsada por el fallecido líder socialista venezolano Hugo Chávez en 2008, cuando la izquierda tenía varios presidentes en el poder en América del Sur. Pero en los últimos años, gobiernos de centroderecha han tomado las riendas de varios países latinoamericanos.
Chávez y otros líderes se oponían a la propuesta respaldada por Estados Unidos de crear un Área de Libre Comercio de las Américas y, en su lugar, acordaron crear la Unasur en pro de una unión económica y política de las naciones sudamericanas.
Falta de consenso
En la carta, los países se quejan de que todo empeoró con la falta de un secretario general desde enero del 2017 y que eso ha llevado a una “alarmante situación de indisciplina”.
“Desde ese momento hemos estado los miembros del Unasur tratando de elegir un secretario general que se reemplace, lamentablemente esto no ha sido posible”, dijo el viceministro de Relaciones Exteriores de Perú, Hugo Zela, a la radio RPP, en donde confirmó el envío de la carta. “Lo que está ocurriendo es que la institución prácticamente ha dejado de funcionar”.
Venezuela se ha opuesto a la designación del argentino José Octavio Bordón al frente del organismo, a pesar de que cuenta con el apoyo de más de la mitad de los países miembro.
El mandatario venezolano, Nicolás Maduro, llamó a defender a Unasur y expresó confianza en la gestión del gobierno boliviano en la presidencia del bloque. “Los movimientos sociales y los revolucionarios de América Latina defenderemos a Unasur, debemos recuperar su esencia”, escribió en Twitter.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, dijo que su país sí se mantendrá como miembro de Unasur y se ofreció para ayudar a un entendimiento entre los cancilleres del bloque.
“La parálisis es por un funcionamiento inadecuado por falta de consenso”, explicó en declaraciones a un medio uruguayo. “Es tiempo de una reflexión sobre los mecanismos de toma de decisiones en la Unasur”, enfatizó.
Además de los seis países que enviaron la carta, Venezuela y Bolivia, Unasur también está integrada por Ecuador, Guyana, Suriname y Uruguay.
Aunque las naciones dijeron en la carta que estaban analizando otros posibles cursos de acción, Zela fue conciliador y sugirió que se puede superar el incordio en el organismo. “Dado que la primera reacción de la presidencia pro tempore ha sido convocar a una reunión para dialogar, creo que estamos en el camino correcto”, dijo el funcionario peruano.
Reporte adicional de Marco Aquino en Lima, de Nicolás Misculin en Buenos Aires, de Antonio de la Jara en Santiago, Alexandra Valencia en Quito y Malena Castaldi de Montevideo. Editado en español por Javier Leira, Silene Ramírez y Pablo Garibian.
Reuters