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Inicio/Opinión/Venezuela: La Vinotinto

Opinión
Venezuela: La Vinotinto

viernes 12 septiembre, 2025

Porfirio Parada

Porfirio Parada

En San Cristóbal jugaban Venezuela contra Argentina por las eliminatorias del mundial de fútbol Francia 98, año 96. Fui con mi familia, mi madre y mis hermanas, yo era un niño, mi padre nos llevó, mi padre es hincha del Deportivo Táchira. Vimos la goleada de Argentina, incluso cuando apenas empezando el juego ya Venezuela ganaba 1 a 0. Bueno perdió 2 a 5, con un golazo del arquero Rafael Dudamel, luego reconocido técnico de Selección Nacional y equipos de fútbol, tremendo chanfle, bañó al arquero argentino, marcando el segundo. Jugó esa noche la computadora McIntosh, vi al burrito Ortega, vi mucha gente alentando por Venezuela, aunque había cierto pesimismo por el equipazo que tenía Argentina. Soy de la generación cuando el técnico de Venezuela era José Omar Pastoriza, ex jugador argentino, bueno esos años éramos todavía La Cenicienta, había un uniforme del mapa de Venezuela. Vi jugar varias veces a Stalin Rivas. La Vinotinto es la piel hecha mestizaje, es cómo bailamos, nos reímos, cómo nos reinventamos la vida después de perder. En Pueblo Nuevo ese día, del 2 a 5, estaba Gabriel Omar Batistuta, goleador histórico del fútbol argentino y el fútbol mundial. En la Fiorentina, Italia, fue un crack. La Vinotinto es la caimanera en el barrio o como decimos aquí, la recocha.

Escribir, hablar, pensar, reflexionar sobre la Vinotinto, es un tema largo, contradictorio, pero en evolución, aunque quizás no pareciera en tiempos de derrota. Locutores y comentaristas hablan desde la rabia y la impotencia a la gente, comentan del ex director técnico el “Bocha” Batista, el venezolano viendo, escuchando desde su casa en el mapa nacional o fuera de su geografía, desde el celular de algún lugar de trabajo miles de kilómetros de aquí. El charcutero conversando con el otro compañero, ya cambiando de guardia, sobre la terrible derrota con Colombia 3 a 5 en Maturín. Quedamos fuera del repechaje, donde empezamos con mejores posibilidades de llegar a esa instancia, Bolivia ganó, pasó. También fui de la generación que vio al Diablo Echeverry, jugador boliviano, de Santa Cruz de la Sierra. Me acuerdo cuando Venezuela ganó a Brasil, partido amistoso, Maldonado y golazo de Ronald Vargas. Vargas los mareó como siempre nos habían mareado. Era amistoso, pero fue un triunfo histórico.   

La influencia de Richard Páez fue total. Hubo un cambió y lo notaron los jugadores de las selecciones, cuerpo técnicos, aficionados y comentaristas de otros países. No éramos famosos a nivel mundial, ni  en jugadores, ni en país en torno al fútbol, el cambio no fue radical, igual jugábamos malos partidos, hubo algunas, otras, repetidas goleadas, pero por primera vez empezamos a hacer algo que poco hicimos, así lo muestra las estadísticas y era ganar partidos. La Venezuela que dirigía Páez, empezó a ganar de visitante y local, se empezó a derribar récords en contra desde muchos años atrás. Vi El Centenariazo para las eliminatorias al mundial de Alemania 2006, Venezuela de uniforme Atlética, ganó en el Estadio Centenario de Montevideo, Uruguay, 0 a 3. Uruguay fue el anfitrión del primer Campeonato Mundial de Fútbol organizado por la FIFA en 1930.

Arango, un genio del fútbol venezolano, la zurda que tenía era de locos, con un zurdazo fuera del área, hizo ganarle a Colombia 0 a 1 de visitante en Barranquilla, año 2003. El hombre le hizo goles a los mejores equipos de España con el Mallorca. Arango es La Vinotinto en su más óptimo nivel. Igual a la selección la hemos cantado, apoyado, alentado. Ahora en la actualidad, hay varios jugadores de mucho nivel, los países potencias del fútbol, que pensamos que nunca hablarían o aplaudirán jugadores de aquí, ahora lo reseñan, lo mencionan, en Latinoamérica y en Europa, también Estados Unidos. Aquí la gente sigue molesta, decepcionada, dicen que es la peor derrota en la historia del deporte venezolano. Ya se vio en los medios que la F.V.F. destituyó al argentino Fernando Batista. Vi los llenazos en Pueblo Nuevo con La Vinotinto, con mucha lluvia o mucho sol. La Vinotinto también es Deportivo Táchira, Mineros de Guayana, Caracas, Minerven, Trujillanos, Estudiantes de Mérida, Portuguesa, Marítimo, El Vigía, Zamora, Monagas, y más.

En el 2013, viajé con los cupos de CADIVI a La Paz, Bolivia. En la época de Hugo Chávez. El viaje más impensado que se dio. El reconocido comentarista deportivo Óscar Giovanni Castro entra a la Comercial Porfirio Parada, trabajó con la publicidad en la comercial por varios años, hablamos de fútbol y me dice que hay una oferta para un viaje a Bolivia para ver a La Vinotinto, él iba a trabajar, cubrir el juego, yo acompañarlo, iba como compañero, parte de los venezolanos que seguían a la selección. La experiencia fue increíble, recorrí las calles de La Paz, mucho frío, vendían hoja de coca en las calles, escuché varias protestas de los indígenas, en ese juego Arango hace gol, vi al jugador Vinotinto Alexander González, cuando le falta oxígeno en pleno juego, yo abrigado en la tribuna con los compatriotas, con la amarilla, azul y rojo en el cuello. Ahora después de todos estos años, Alexander González lo he visto jugar con Caracas en Pueblo Nuevo. Otro recuerdo cuando Venezuela gana a Chile en Copa América, en Argentina, 2 a 1. El estadio lleno de chilenos, al final hubo silencio de ellos, y alegría de la hinchada y jugadores venezolanos. Año 2011. Tomás Rincón, jugador de aquí, de Táchira, El General, de San Cristóbal, lo criticaron mucho, a lo último, pero fue un gran capitán. 

Mi hermana Emelin estaba con eso de los cupos y me hizo el contacto, me dijo las cosas que necesitaba para ir, cuadramos con Banco Banesco donde me llegaron los dólares. En el 2013 vi a La Vinotinto de César Farias en el Estadio Hernando Siles Reyes a una altitud de 3.582 metros sobre el nivel del mar, uno de los estadios oficiales más altos del mundo. Viajé con el Conejo Rodríguez y con otros locutores famosos y comentaristas del estado Táchira, de Caracas y Venezuela. La Vinotinto también es recordar los comentarios sobre la selección de Kike Rosales y Carlos Horacio Moreno, es escuchar los goles narrados por Manolo Dávila, o Papaito Candal, es gritar los goles en la época de Toma Papá con Carlos Mauricio Ramírez. Humberto Turinese hace lo propio. La Vinotinto son los golazos de Deyna Castellanos, y las chamas que juegan con mucho nivel, Vinotinto las comentaristas, es Antonella González caliente por las acciones del técnico, en las cámaras, seguro por el marcador final y la tabla de posiciones. Las mujeres que no pierden las esperanzas, la del transporte público, la líder de empresa, la de la playa y el campo que tienen en su armario la camiseta nacional bien guardada. La Vinotinto es Emelin, trabajando, siendo, ella, mi hermana, por allá, lejos, al norte, desde la distancia. La Vinotinto es mi madre que hace arepa mientras termina el primer tiempo. Prende la radio, escucha el juego, en silencio.

He hablado de La Vinotinto con mis primos, escucho la gente, veo videos, hablo con otra gente, con mi papá. Se dice que para tener una buena selección hay que tener infraestructura, nivel de exigencia, profesionalismo y disciplina en las categorías menores del fútbol venezolano, invertir dinero, conocimiento e inteligencia en eso, desde la sub 15, sub 20, mucho antes. Se habla sobre mejorar las condiciones, el funcionamiento y la realización de la LigaFUTVE, el torneo local, incentivar a jugadores, apoyar a equipos chicos y grandes, en trayectoria, en campeonatos, en fanaticada. Mejorar las condiciones de los árbitros, las condiciones de las canchas, de los espacios, de las escuelas, de los torneos. Se sueña con mejorar la federación, soñar con menos equivocarse y acertar más. La Vinotinto es Cachamay, Maturín, El de Mérida, Carora, El “Pachencho” Romero en Maracaibo, vi varios juegos por TV en el estadio de Valencia. Ojalá se mejoren las condiciones viales y de logísticas para que el estado de Pueblo Nuevo, San Cristóbal, sea sede en las próximas eliminatorias de fútbol y sea casa de la selección, quizás no siempre, pero sí en fechas claves, juegos estratégicos, trascendentales. Tiene un pueblo obsesionado por el fútbol que espera al equipo. Hay gente venezolana que usa como fondo de pantalla, la bandera que cubre toda la tribuna sur, en los juegos, hecha por la barra de aquí, en Pueblo Nuevo.

Me acuerdo cuando utilizaron las redes de la portería con la bandera de Venezuela y sus estrellas. Cuando la banda de rock venezolano Caramelos de Cianuro compuso una canción a La Vinotinto. Me acuerdo de muchas desilusiones viendo partidos, pero también momentos de alegría, victorias entre brindis y abrazos sentidos. Se reclama un director técnico serio, con sentido de pertenencia por la selección, con los jugadores, la bandera, el país, la gente. Un técnico que puede ser de otra parte de este continente, que pueda ser latinoamericano, que pueda ser venezolano, pero que sea capaz de entender qué es ser Vinotinto, escuchar el sentimiento, nuestra evolución, que si es extranjero se muda y viva en Venezuela y si es de aquí, que se vuelva 100 veces más venezolano, y que haga buen fútbol, la concentración, la competición, que lleguemos un día a la gloria de ir a un mundial de una vez por todas. Problema de la Federación, problema de los políticos, problema del pueblo, problema de uno. Se busca unión y respaldo. Pronto llegará, sí. Creo firmemente que falta poco. Mucha tela por cortar, falta nombrar más jugadores, más equipos, más fechas, más espacios, pero hoy mejor hago bandera, la subo en alto, y sigo alentando por mi país, no joda.

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