Carlos Orozco Carrero

Lo que son las cosas de la casualidad en este mundo de sufrires, señores. En una etapa de La Vuelta a España ocurrió algo interesante para los que creemos en asuntos rufos de la vida. La etapa era la numero 11 y los dos pedalistas que disputaron la llegada tenían en sus dorsales los números 11 y 111. Pidcock quedó segundo con sus tres unos a las costillas y Jonas Vingegaard ganó con el once sudado en la espalda. Me puse a sacar cuentas y jugué el 123 después de sumar esas cifras y gané un triple para unas muditas de ropa y algo de kerosene navideño. Son corazonadas, cariños.

-Qué suerte con el ahorro que lograste con ese paquete de discos románticos en oferta, mi amor. Mi tía Pulqueria le comentaba a Melquiades sobre esos temas viejos de Javier Solís, Los Panchos, Rómulo Caicedo, Los Tres Ases, Nino Bravo y tantos cantantes y grupos que le sacan a uno los recuerdos más hermosos de nuestra juventud. Mi tío se contentó con el apoyo de la vieja en la inversión que hizo en Cúcuta. -Lo malo de escuchar esta música es que vas a gastar mucha plata comprando aguardiente semanal que sirva de acompañamiento a tanta lloradera. -Las mujeres siempre saboteando lo que uno compra, carretico. 

Presentaron en el Bodegón del Buen Estar de La Ermita un poemario muy sentido por parte del escritor José Manuel Angola Bustamante, escritor de amplio recorrido por los recovecos del siglo XIX en su segunda parte. Los visitantes europeos a estas tierras bonitas dejaron historias interesantes para los estudiosos de La Nueva España y sus apreciaciones sobre lo que encontraron los barbados hace siglos tan diferente a lugares de origen. Después les cuento más de este evento literario tan especial.

Este taco en la garganta que nos deja la eliminación del mundial de fútbol dura un tiempito largo, caballeros. Es triste este pesar. En cada esquina una historia.