El kilo de carne sobrepasó la barrera del millón de bolívares, al ubicarse este lunes en un millón 400 mil, mientras que el precio del pollo “voló”, para quedar inalcanzable para el pueblo, en un millón 300 mil bolívares el kilogramo.
Tal como lo afirma el economista Aldo Contreras, “Venezuela es el único país donde los precios varían diariamente y, a veces, hasta en horas”. Quizás -con su venia- le faltó decir al experto que, en algunos productos, la variación es en minutos. A veces se adquieren en los anaqueles a un precio y cuando llegas a pagarlos en la caja, ya valen otro.
La situación con dos alimentos vitales, como la carne y el pollo, a juicio de los consumidores es preocupante, porque el pueblo se queda sin las respectivas proteínas, ya que no tiene cómo adquirirlos por los precios tan elevados.
En distintos expendios de la ciudad hay coincidencia, puesto que en algunos el precio del kilo de carne de primera está en un millón 200 mil bolívares y en otros la exhiben en un millón 300 mil bolívares y en carnicerías “sofisticadas” el precio supera el millón 400 mil bolívares.
En carnicerías de sectores populares, como en Barrio Sucre, la estaban vendiendo este lunes en 900 mil bolívares, con el agravante de que tenía que ser adquirida en efectivo y con billetes nuevos.
Carniceros alegan que en canal la carne la están adquiriendo en 750 mil bolívares el kilo, si es de toro o novillo, y la de vaca en 710 mil bolívares, por lo que consideran que el margen de ganancia no les da para tener el producto a menos de un millón de bolívares.
El pollo “voló”
Juan Esteban, un vecino de la parte alta de San Cristóbal, dijo que ya no sabe ni cómo es el sabor del pollo, porque tiene mucho tiempo sin probarlo debido a que el precio está por las nubes. “Para mí, el pollo desapareció de la mesa, ya que ese precio lo mantiene volando”, expresó.
Isabel Lara, ama de casa de La Ermita, afirmó en una carnicería que vender el kilo de pollo en un millón 300 mil bolívares es un atentado contra el pueblo. “Eso es mes y medio del sueldo que me gano, es decir que estoy ganando, con mes y medio de trabajo, un kilo de pollo. Nadie puede mantenerse con esa situación, lo peor de todo es que nadie controla, aquí un día amanece con un precio la comida y al día siguiente tiene otro”, manifestó.
La afirmación de Lara coincide con la del economista Aldo Contreras y quizás con las de muchas amas de casa, “a cada momento están subiendo los precios porque estamos en una hiperinflación, que el Gobierno no ha podido o no ha querido controlar”.
La carne y el pollo, este lunes, mostraron –según el pueblo- que no son alimentos para los de menos recursos, “como lo afirmó Francisco Duarte, “no comeremos más carne ni pollo en el Táchira”.
Augusto Medina