Regional
Rosa Rangel: 42 años guardiana de la Biblioteca Pública Central
miércoles 17 septiembre, 2025
“La biblioteca ha impactado la vida cultural del estado Táchira. Nosotros la amamos y nos sentimos felices de estar aquí porque, de alguna forma, contribuimos al crecimiento académico de las personas”, expresó Rosa Rangel, encargada del lugar
El dato…
En los estantes de la biblioteca pública hay aproximadamente 40.467 ejemplares a disposición de los usuarios.
Durante sus 42 años de servicio en la Biblioteca Pública Central, Rosa Rangel ha visto pasar por sus pasillos a generaciones enteras de tachirenses. Muchas personas le cuentan como ellos disfrutaban leer o estudiar en las salas del lugar y ahora llevan a sus hijos, para alejarlos un poco de las pantallas de los teléfonos celulares y acercarlos más a las páginas de un buen libro.
La Sala de Ciencias es amplia, tiene varios libreros dispuestos a lo largo y ancho del lugar. Es un laberinto con el aroma a madera, papel viejo y tinta seca impregnado en el aire. Rosa Rangel camina entre las estanterías con paso seguro, mientras recita de memoria una serie de números y nombres.
―300 es el área de derecho y sociología, 500 pertenece a física, química y biología. También tenemos 600 que es la parte de medicina, tanto humana como veterinaria. La historia de Venezuela y el mundo se encuentran en 900.
Aquellos números son las cotas que representan el lugar asignado al libro en la estantería, de acuerdo al área de conocimiento al cual pertenece.
Algunos estantes tienen carteles pegados con cinta, en ellos se puede leer: “No Tocar”. Los trabajadores de la biblioteca elaboran la contabilidad de los libros disponibles. De acuerdo con sus cálculos hay aproximadamente 40.467 ejemplares a disposición de los usuarios.
Atención a los lectores
Rosa Rangel suele ver a varios abuelos pasar sus mañanas en el recinto. La mayoría toma un libro de historia o una novela, y se sienta a leer entre estantes. La luz del sol se filtra por los amplios ventanales e ilumina las mesas, en ellas los adultos mayores, de bigote y cabello blanco, pasan sus horas, inmersos en la lectura.
Cada rostro y cada historia ha tejido en la memoria de ella un retrato vivo de cómo la lectura y la biblioteca ha acompañado la vida de los ciudadanos en San Cristóbal. La Biblioteca Pública Central Leonardo Ruiz Pineda se creó el 12 de febrero de 1963, mediante decreto del Ejecutivo del Táchira. Fue puesta en servicio el 29 de noviembre del mismo año.
Duró un tiempo en la Quinta Carrero, esquina de la calle 5 con carrera 8 de la ciudad. Posteriormente, en 1978 se instauró la Red de Bibliotecas Públicas del estado y en 1988 la biblioteca fue mudada a su actual sede en la avenida Isaías Medina Angarita -Séptima Avenida- con calle 16.
―Es el centro principal de la Red de Bibliotecas Públicas del estado ―señala Rosa Rangel―. A mí me gusta decir que es la mamá de los 46 servicios de todo el Táchira. Todas esas bibliotecas de Rubio, Táriba, San Antonio, Pregonero, dependen y se alimentan de esta.
En las mesas cercanas a los ficheros de madera, se encuentran personas con hojas regadas y libros abiertos. Una madre le lee a su hijo y un profesor le explica matemáticas a una joven universitaria. Aunque la biblioteca no tiene libros tan nuevos, los trabajadores siempre tratan de buscar toda la información que requiera el lector.
Ejemplares costosos
Al fondo de la sala, se encuentra una puerta cerrada con candado. La Estantería Cerrada es el lugar donde se guardan, como el tesoro más preciado, los ejemplares más grandes y costosos. Estas ediciones se prestan con recelo y cuidado, para evitar algún daño por parte del usuario.
Diagonal al Archivo Vertical, se ubican las escaleras para descender a la sala de Humanidades. Allí los estantes están repletos de novelas venezolanas y clásicos literarios. También se encuentra todo lo relacionado a las ciencias sociales. En los lomos, resaltan los títulos de textos relacionados con el periodismo y la comunicación.
―Yo quería estudiar periodismo, pero en mi época era complicado ―recuerda Rosa Rangel, mientras señala los libros de periodismo, su voz está cargada de añoranza―. Era muy joven y todos siempre me decían que esa carrera era para hombres. Al final me gradué como licenciada en física y matemática, también me formé como bibliotecóloga y comencé a trabajar aquí.
La caja viajera: Libros que recorren caminos
La Biblioteca Pública Central lleva colecciones completas a escuelas y comunidades, donde no cuentan con una. Esta iniciativa es llamada Caja Viajera y consiste en llenar una caja con diferentes libros, adaptados a las necesidades e intereses de la comunidad que lo solicite, para luego trasladarlos a su destino.
Cada caja llena de cuentos, novelas y textos educativos, se queda en la comunidad por casi dos semanas, para así fomentar la lectura. Sí desean renovarlo, pueden hacerlo y se les vuelve a variar los libros prestados.
La biblioteca es un refugio donde la vida cotidiana se detiene. Afuera, el ruido de las avenidas cercanas. Adentro, cada lector se sumerge entre las páginas de un libro y sueña con los ojos abiertos. Su personal, encabezado por Rosa Rangel, trabaja día a día para acercar a los lectores al conocimiento y mantener viva la pasión por los libros. (Mariangel Suárez, pasante ULA)