Opinión
Rescatando el alma occidental frente a la fragmentación cultural
sábado 20 septiembre, 2025
Carlos Casanova Leal
Cuando la sociedad no preserva los valores que le son propios, su dinámica de vida cambiará, las conductas que los unían dejarán de hacerlo; sometidos a una pérdida de los valores de la sociedad y cultura occidental, es indispensable poner en su mesa de análisis esta preocupación para que sea usted como integrante y vehículo transmisor de estos valores el que los conserve y entregue a sus familiares.
Los valores que nos acompañan son: el constitucionalismo, los derechos humanos, el individualismo, liberalismo, igualdad, libertad, imperio de la ley, la democracia, el libre mercado; la razón como medio para encontrar soluciones; el modelo de la sociedad occidental está fundado en derechos individuales y participación política, donde valora mucho la justicia, la dignidad humana y la persecución del bienestar individual, la religión católica como pilar fundamental.
La religión católica es parte integral del legado occidental, su influencia es definitiva en lo moral, en la defensa de la dignidad humana, la justicia, bien común y la caridad.
Los valores occidentales encuentran dos promotores de su liquidación y trabajan para lograrlo, los que se agrupan en el denominado “wokismo” que operan como grupos de presión bien organizados en los países del mundo occidental; quiero advertir que en otras sociedades como en los países asiáticos o musulmanes, no se hacen presentes; es promovido y financiado por el llamado Estado Profundo y sus conexiones con el Foro de Davos; promueven religiones para socavar la identidad cristiana.
Por otro lado nos encontramos con las corrientes ideológicas que procuran primero el debilitamiento de los valores occidentales para luego dar paso a su liquidación; así tenemos que el llamado “progresismo” que levanta inicialmente las banderas de la igualdad y la justicia social, promueven la censura, la cultura de la cancelación y la división social, con ello ataca la libertad individual y el respeto a la pluralidad de opiniones, liquidando el diálogo abierto.
La corriente ideológica marxista y el socialismo colectivista, critican y cuestionan la primacía del individuo en favor de la construcción económica y social, cuestionan la propiedad privada y el orden económico liberal, toman distancia del fundamento religioso y moral promoviendo el llamado “nuevo hombre para una nueva sociedad”.
La nueva filosofía del transhumanismo, posthumanismo y el cientificismo, estas corrientes pretenden que la evolución del ser humano esté en manos de la tecnología; las nuevas formas de producción de alimentos producidos por la tecnología cambian la labor del ser humano, sustituyendo las maneras como se produce haciendo depender a la sociedad del dueño de la tecnología. Esta corriente impulsa la sustitución del Estado nación por el Estado corporativo, la sociedad asexuada, que la tecnología sustituya las partes del cuerpo humano; con esta corriente se pretende la liquidación de todos los valores conocidos.
Las corrientes que promueven los gobiernos totalitarios y autoritarios, sean de derecha o izquierda, coinciden en la eliminación de valores individuales.
El problema mayor que enfrentamos hoy, es que estamos siendo sometidos a estos cambios de forma imperceptible, se toman decisiones que determinan en la sociedad nuevos hábitos y en el corto tiempo lo que te han sustituido son los valores.
Aun cuando el tema es más extenso, solo pretendo ponerlo en su mesa para que lo conozca e invitarlos a la enseñanza de valores éticos, cívicos, morales, conducta incorruptible, instrumento para liquidar la deshonestidad y la corrupción.
Esta educación en el seno de su familia debe ser continua, con identidad cultural, con aprecio y conocimiento de la historia, con compromiso democrático; indispensable fortalecer con su presencia su convicción católica, ya que le da cohesión a la sociedad sin renunciar a los principios del liberalismo y democracia.
La tarea es revertir la pérdida de valores y garantizar que la tradición occidental siga ejerciendo su positiva y cohesionadora influencia en un mundo cada día más plural y cambiante.
Dios Bendice a los venezolanos.