Opinión
¿Quién educa a los hijos: los padres o el celular?
martes 7 octubre, 2025
María Ninoska García de Morales
En la actualidad, la educación de los hijos está en constante transformación. Más allá de la escuela y el hogar, surge un nuevo actor: el celular. ¿Sabemos realmente quién está influyendo en nuestros hijos? Vivimos en una época donde la tecnología está en cada rincón de nuestra vida. Los niños de hoy crecen rodeados de pantallas, aplicaciones y redes sociales. Sin darnos cuenta, hemos cedido parte fundamental de la formación de nuestros hijos a los dispositivos electrónicos. Pero, ¿somos realmente conscientes de lo que esto significa?
Antes, los valores y las normas venían de casa, de las conversaciones en la mesa, de los juegos en el parque, del ejemplo de los padres y abuelos. Hoy, muchas de esas charlas han sido reemplazadas por videos de YouTube, tutoriales de TikTok o publicaciones en Instagram. La información es abundante, pero los valores no siempre lo son.
¿Qué aprenden los niños en internet? Aprenden rápido, sí, y adquieren habilidades digitales admirables. Pero también reciben mensajes contradictorios sobre respeto, empatía o responsabilidad. Lo que ven en una red social puede importarles más que lo que dicen sus padres. ¿Quién filtra esos mensajes? ¿Quién les ayuda a distinguir entre lo que está bien y lo que está mal?
No se trata de satanizar la tecnología. Es una herramienta poderosa y necesaria. Pero no puede remplazar el rol esencial de madres, padres y educadores. Es en la convivencia diaria, en las preguntas difíciles y en las conversaciones incómodas donde realmente se forman los valores. La honestidad, la tolerancia y la solidaridad no se aprenden con un clic, sino en la vida real, con errores y aciertos.
¿Qué podemos hacer? Primero, estar presentes. Dedicar tiempo de calidad, escuchar, preguntar, interesarnos genuinamente por lo que piensan y sienten nuestros hijos. Segundo, poner límites claros al uso de la tecnología, no como castigo, sino como oportunidad para otras experiencias: leer juntos, cocinar, salir a caminar, conversar. Tercero, ser ejemplo; las palabras pesan, pero los actos aún más.
En definitiva, la educación es una responsabilidad compartida que no puede delegarse en las pantallas. Tomemos un rol activo y recordemos que el mejor ejemplo siempre viene de casa. No dejemos que el celular sea el único maestro en el hogar: la educación en valores sigue siendo tarea de todos, y empieza, como siempre, por el ejemplo.
Por un Derecho vivo, crítico y humanista
Doctora. en Innovaciones Educativas (UNEFA). M.Sc. en Derecho Procesal Penal (ULA). Especialista en Docencia en Educación Superior (UCV) y Derechos Humanos (Unilibre-Colombia). Abogado (ULA). Exdirectora de Relaciones Institucionales de la Asociación Olímpica de Derecho Deportivo de Venezuela (AODDV). [email protected] . WhatsApp +58 426 3764194.