Opinión
El Táchira Vuela. Récord Nacional
miércoles 8 octubre, 2025
Igor Castillo*
El Táchira es tierra de muchos ecosistemas, un hogar sagrado para más de 700 especies de aves. Este no es un número frío; es un eco del bosque, de la neblina en los páramos protagonizados por nuestras lagunas y los frailejones, hasta las vastas llanuras. Por mucho tiempo, la pasión por el aviturismo pasó desapercibida, pero siempre estuvo viva en el corazón de gente que había caminado nuestros paisajes, mucho antes de que se pusiera de moda el aviturismo. Hablamos por ejemplo de la observadora de aves Betsi Quintero, y del fotógrafo Fabián Pasariello con su Proyecto AVE. Del observador de aves e impulsor del turismo comunitario, Aureliano Rosales, quien tuvo la visión de organizar la primera Competencia Neotropical en Río Chiquito, Junín, allá por 2017.
Hoy, ese gigante alado ha despertado. Tras la reapertura de la frontera, Daniel León, representante de la Cámara de Comercio del Táchira, tuvo una idea que sería una pieza fundamental, propuso a Colombia crear un eje binacional de observación de aves. Luego de dos encuentros sobre Aviturismo en el Norte de Santander, el Táchira se alzó como sede. Fue una cumbre que reafirmó nuestra identidad andina y el potencial que tenemos como destino turístico biodiverso. Nuestras montañas, desde la calidez de la Hacienda Los Almendros hasta el frío majestuoso de El Páramo Batallón y La Negra, se convirtieron en puntos del encuentro binacional, sellando un compromiso ecoturístico entre dos de los países más biodiversos del planeta. Estar en esas cimas, donde la neblina esconde los frailejones, observando un colibrí o un tucán, se sintió como un verdadero privilegio de la vida. Con la llegada de numerosos observadores de aves para la ocasión, el estado comenzó a recibir el impulso necesario para subir en las listas de conteo nacionales.
La coronación de este esfuerzo llegó con el Global Big Day de 2025 (evento mundial de observación de aves). El Táchira no solo compitió, sino que batió un récord nacional con 373 especies avistadas. Aquella jornada fue una verdadera hazaña logística, pues no competíamos contra otros estados, sino contra la posibilidad de dejar rincones del Táchira sin explorar. La noche antes, el ambiente era de vigilia para aquellos que nos sumamos a esta hazaña. Con el guía de aviturismo Alberto Navas, desplegamos un equipo en cinco puntos clave del estado. Cuando hablo de logística, hablo del apoyo de esos clubes privados 4×4 que nos llevaron hasta el límite de lo transitable. Fue una operación de radio y binoculares, donde cada especie contada se sintió como una victoria colectiva. La pasión conjunta de entes gubernamentales y la empresa privada, demostró que la unión hace el récord. Este logro nos llevó al primer lugar nacional en avistamiento de aves y a recibir el reconocimiento del Ministerio de Turismo en Caracas.
Ahora, la tarea no es solo celebrar, sino sostener el vuelo. Actualmente, el Ministerio del Turismo y la Gobernación del Estado aprobaron un proyecto emocionante que será ejecutado por Cotatur (Corporación Tachirense de Turismo) y la Cámara de Turismo, desde su Departamento de Aviturismo: Fortalecer la observación de aves en el Parque Nacional Chorro del Indio. Nos han encargado a Alberto y a mi persona el diseño de estas rutas. Nuestra misión es clave: Garantizar el disfrute de la naturaleza con la menor intervención posible del espacio natural y los seres que le habitan. No queremos construir senderos de cemento, sino abrir ventanas al bosque, creando caminos donde el visitante sienta el musgo, pise la tierra y escuche los cantos de las aves, sin dejar más que huellas sin marcas en el ecosistema. Es la única forma de garantizar que este tesoro alado sea eterno.
Para asegurar el futuro, estamos volcados en la formación de nuevos pajareros o aficionados en observación de aves. Hemos dado talleres de formación, que se han convertido en verdaderos encuentros multidisciplinarios, con la participación de Inparques y Protección Civil, y el apoyo de Cotatur, Inatur, La Fundación Cultural Bordes, la Cámara de Turismo, AKEHE y el Café Bordes. Así, el Táchira sigue invitando a todos a levantar la mirada, a descubrir su tesoro alado y a entender que el aviturismo es, ante todo, una promesa de conservación de la biodiversidad.
*Biólogo-Ecólogo UCV/ Coordinador del Dpto. de Educación Ambiental /Fundación Cultural Bordes / @castilloigor