Opinión
Repelencias 586
sábado 18 octubre, 2025
Fiesta en el oriente de Venezuela, cariños. Hernán Marín, alma y vida de la canta cumanesa y rey del cotorreo musical caribeño, celebra sus productivos 85 años rodeado de familiares y amigos del golpe oriental y la fiesta caliente de Cumaná y sus alrededores. Cuereta, marímbola, cuatro, mandolina, tamborcito y chispeantes maracas arroparon la guachafita venezolana para dejar constancia del cariño de todos con la voz recia y alegre de Hernán. Recuerdo cuando estremecía solares con “…para bailar el joropo hay que tener…”
Sigue manifestándose la producción intelectual de los asistentes al Bodegón del Buen Estar para mostrar reflejos valiosos de su preocupación por temas de intenso interés para la colectividad tachirense. Ahora tuvimos un envidiable conversatorio sobre elementos generadores de la violencia escolar que nos invade últimamente. Valen estas reflexiones donde todos aportan sus experiencias para buscar soluciones a estos flagelos tan dañinos para el futuro del país. Demás está decir que los aderezos perrunos motivan a la participación de todos.
Eso de la IA (Inteligencia Artificial) por sus siglas en inglés, me tiene preocupaón por estos días de vorágines extrañas en este mundo. Y no lo digo yo, que no tengo ni una insoria de importancia en el mundo científico actual. Lo aseguró un creador de esas máquinas infernales que ya tienen entendimiento propio para actuar como les dé la gana y pueden decidir cualquier acción en contra de la humanidad entera. Recuerdan ustedes aquella escena en el film “El Planeta de los Simios”, cuando Charlton Heston descubre la Estatua de la Libertad incrustada en la arena de la playa en Nueva York y dice: -¡¡Malditos, lo han logrado!!, para referirse a la destrucción del ser humano en nuestro planeta. -Mejor me voy para Pregonero y no me la llevo con limpios, comenta el viejo Melquiades.
Gallina robada no tiene comparación. Es una máxima que se hacía presente en noches de serenatas y juergas fraternales. Las preparé y comí muchas veces en diferentes poblados de nuestra geografía montañosa. En La Grita y Seboruco. También en Tovar y Santa Cruz de Mora. Esta experiencia me permite asegurar que el sabor de la gallina en Pregonero y La Fundación es totalmente distinto. Debe ser por la pureza del agua en el caldo aliñado. Recuerdo que una noche de estudio en la plaza Bolívar de mi pueblo bello, alguien comentó sobre el hambre que atacaba a esa hora de madrugada. Un compañero de estudio nos dijo: -En el solar de mi casa hay gallinas. –No se diga más, remató otro estudioso. Se armó una operación comando para buscar los aliños y la picatierra dormilona. Yo no sé a qué sabe el caviar con faisán, pero el sabor de aquellas gallinitas robadas no tiene comparación, cariños, En cada esquina una historia.
De seboruco para arriba hay que caminar sabroso por una carretera larga y no tan empinada. Y si algún cristiano se atreve a pasar por el puente del rio Grita a altas horas de la noche, pues tiene que santiguarse unas cien veces. Después les cuento lo que le ocurrió al gordo Sósimo una noche de ferias en Seboruco. Lo peor fue lo que vio, señores. –Me dan grifuras solamente al recordar su cara fantasmal cuando nos contó aquel episodio en la plaza Jáuregui.