Se trata de cambiar al Gobierno. Se trata de salir del gobierno de Maduro lo antes y lo mejor posible. Se trata de aprovechar que la Constitución Nacional establece, en su artículo 230, que el periodo constitucional es de seis años y, justamente, se está cumpliendo el término de esta gestión.
No se trata de unas elecciones convocadas por la mal llamada Asamblea Nacional Constituyente. El Gobierno le pidió a la Asamblea Constituyente que convocara la elección presidencial con el solo propósito de darle argumentos a la abstención. Así como tampoco tengo dudas de que el Gobierno le pidió a la empresa Smarmatic que declarara sobre el fraude en la elección de la ANC para estimular la abstención.
Al Gobierno le conviene la abstención. El Gobierno sabe que 80 % de los venezolanos queremos cambiar a este Gobierno. El Gobierno sabe que si todos los que queremos cambiar al Gobierno vamos a votar, ellos no podrán, por más trampas que hagan para impedir un triunfo clamoroso de la oposición. Se trata de que el país no aguanta a Maduro seis años más en Miraflores. El sufrimiento de los venezolanos es demasiado grande: hambre, inflación, alto costo de la vida, desabastecimiento de alimentos y de medicinas, inseguridad, deterioro de los servicios públicos, especialmente agua y electricidad, pero también deterioro de los servicios de salud y de transporte. El país se ha convertido en un desastre por obra del Gobierno y de sus políticas equivocadas.
Hay que cambiar al Gobierno. Y lo ideal es cambiarlo con votos y no con balas. Lo ideal es evitar un baño de sangre y un conflicto que afectaría la vida de los venezolanos por varias generaciones.
No votar es colocar el destino del país en las manos del azar. Que se produzca una acción de fuerza desde el exterior. Hipótesis poco probable y poco deseable. Hay experiencias muy recientes que ponen en incidencia lo poco aconsejable que es que los asuntos de un país se resuelvan por acciones militares originadas en una potencia extranjera.
Otra hipótesis es esperar un hecho generado dentro de la Fuerza Armada venezolana. De nuevo se trata de una hipótesis poco probable y poco deseable. La historia venezolana está plagada de intervenciones militares en la política que no han contribuido a mejorar la situación del país.
Los venezolanos tenemos que demostrarnos a nosotros mismos y a la comunidad internacional que somos capaces de superar esta tragedia que representa el gobierno de Maduro, de una manera civilizada. El cambio debe producirse por la fuerza de los votos. Debe ser un cambio ordenado, pacífico, democrático, electoral y constitucional. Si todos votamos, lograremos el cambio.
Seguiremos conversando.
(Eduardo Fernández)