El foro de São Paulo es la reunión de los comunistas que, frente a su imposibilidad de crecer en Latinoamérica, se vistieron de movimientos sociales para poder penetrar la sociedad en los países de la región.
Se reúnen desde la izquierda vegetariana, pasando por el militarismo izquierdista, hasta los más radicales; monitoreados desde Cuba, su propósito fue la expansión de la Internacional de la miseria, el comunismo.
El paso más importante para cumplir su objetivo fue tomar el poder para usar la inmensa riqueza de Venezuela para financiar, ya no solo el activismo radical de izquierda en la región, sino a los movimientos revolucionarios en EE.UU. y Europa. Así, encontramos al partido Podemos en España, creado y financiado por el proyecto que desde Venezuela buscaba su expansión.
El discurso fundamental, de forma transversal para todos los países, es el del combate a la pobreza, resolver desigualdades y distribuir la riqueza (sin decir cómo se crea), con el propósito de repartir lo que el modelo no crea. Esto es, reparte la riqueza que los demás crean y producen.
Señalaron cuáles son sus enemigos externos comunes, el “Imperio”, es decir EE.UU., la OEA, ONU. Con el discurso de la unidad de los pueblos crearon sus propias instancias; así nacen el ALBA y UNASUR.
La estrategia les funcionó, el llamado socialismo logró imponerse en la región, al punto que casi constituyen la unión de repúblicas socialistas latinoamericanas en un solo bloque, integrado a la usanza de la vieja Unión Soviética.
Esta expansión se mantuvo en el tiempo pero no logró consolidarse, los movimientos democráticos y republicanos fueron ganando espacios y triunfos.
De la hermandad propiciada por Chávez con el gobierno socialista de Guyana, en aquellos tiempos, nos queda el permiso que se le otorgó para que sobre el mar de la zona de reclamación pudieran realizar actividad económica de exploración y explotación del petróleo, creando derechos de posesión que hoy se reclaman como derechos en la Corte de La Haya y de los cuales las Fuerzas Armadas le deben cuentas a los venezolanos por su silencio en la manera como perdemos más territorio, al punto que lo que perderemos será un territorio más grande que el que Venezuela le reconoce a Guayana.
Pepe Mújica deja la presidencia de Uruguay; Rafael Correa la de Ecuador; pierden los Kirshner, Néstor muerto y Cristina imputada por corrupción; el candidato de Bachelet pierde en Chile con Piñera; Lula preso, y Dilema fuera de la presidencia; Fernando Lugo salió de la presidencia de Paraguay; a Zelaya lo sacan del poder cuando pretendía convocar constituyente; Chávez muere; Daniel Ortega tiene a los nicaragüenses en la calle pidiéndole su renuncia; Fidel muerto y Raúl Castro entregando el mando en Cuba para que los cambios geopolíticos que vienen no lleven el nombre de su fracaso; las FARC descubiertas que continúan siendo un cártel de droga; los acuerdos de “paz” que les daban impunidad van a revisión; Santos pierde y se espera un triunfo del Centro Democrático con Iván Duque; seis países se retiran de UNASUR, obligándole a bajar la santamaría; el presidente Trump empeñado en recuperar el liderazgo de Estados Unidos en el mundo, y una comunidad internacional que logra constituir un consenso mayor al que se tuvo contra Hitler y que buscará la salida del régimen de la mano de los venezolanos.
Mayo, el mes de la reunión de la comunidad internacional para puntualizar acciones que conduzcan al cambio político en Venezuela, el ingreso de la ayuda humanitaria, la recolección de dinero del plan de recuperación económica para soportar el crecimiento que vendrá sobre Venezuela, toda vez que queda en la ruina.
Como ven, se derrumba la Internacional de la miseria, el comunismo.
(Carlos Casanova Leal)