Opinión
El escritor José Gregorio Hernández
miércoles 3 diciembre, 2025
Néstor Melani Orozco*
.”Elementos de Filosofía” y “La Santa Palabra”. Se abría un pesebre en la aldea andina y el médico reciente graduado de la universidad de Caracas recorría pueblos rurales con los sentimientos por la humanidad.
Desde la ventana que concedía la sala del piano y los libros en la Casona de Doña Josefa Melani de Olivares “Isaura” era 1889, allí adivinando los árboles aún viejos del tricentenario convento; José Gregorio Hernández escribió varios poemas dedicados a las tristezas de los pobres, a la flor del campo y a los perseguidos, hojas que se guardaron en los memorables archivos de la poetisa. Cruzando las edades el médico regresó a Caracas después de sus labores en San Juan de Colon, en La Grita, en la Seboruco de las eucaristías, Bailadores y Mérida. Enalteciendo los valores humanos.
Lo afirma muy en el “Cojo Ilustrado” junto a su condiscípulo Luis Razzeti. Medita José Gregorio como escritor y se hace sentir pintando imágenes del corazón de Jesús qué había percibido en el Colegio de Monseñor Jáuregui de La Grita. Donde invocó de amor al Cristo de los Milagros. El crucifijo de los frailes Franciscanos. Escribe sobre la Música de José Ángel Lamas, enalteciendo los hechos de Teresa Carreño, de hablar de Pitágoras y y sobre los hechos musicales de Trujillo. Hablando en sus clases: “El Comienzo de la Sabiduría es el silencio”.
Hace de su sacerdocio de galeno un mundo de verdades y comparte con Rafael Rangel las cartas sobre la alquimia. Se dedica a defender a los humildes y a trabajar como sastre de trajes interesantes, mientras afirma la ciencia en sus textos sobre Hipócrates, Latros y Pergamo. Dice del primer médico, maestro de Medicina en nuestro país llamado: Lorenzo Campins i Ballester. Escribe en lo infinito y de la humanidad. Viaja a Paris cuando la Torre de Gustavo Eiffel se elevaba para la Feria Mundial y los albores de Emilio Zola se convertían en fuerzas poéticas, mientras “Los Miserables” de Víctor Hugo eran una lección social de la literatura universal. Estudia en la escuela de medicina de la universidad francesa donde hacia años Louis Pasteur había descubierto la penicilina. Viaja hacia Berlín para encontrar los laboratorios para la salud de su pueblo. Descubre y recita versos de la literatura clásica.
Asiste al taller de Arturo Michelena donde comparte poesías con la modelo del pintor, más escribe un mundo entre la música y la medicina. Horas hermosas del pintor valenciano de asistir al Salón del Otoño donde llevó su obra “El Niño Enfermo” por sugerencias del joven Doctor de Isnotu. Medalla de honor que le concedieron al creador de “Pentesilea”. Estudia bacteriología. Viaja a New York, entiende las modernidades de la ciencia y se encuentran con las letras del mundo. Es donde parte su libro sobre la Religión de Ser Medico. Vuelve a la capital francesa. Percibe aquel invierno de París en una navidad de encantos, lo describe Doña Lastenia Tello de Michelena ya anciana en su casa de la Pastora donde afirmó de ser José Gregorio Hernández un notable y valeroso escritor. Lo dijo: Ana Mireya Olivares de Baptista, narrando el día que la señora de Michelena le regalaba el abanico decorado por el insigne maestro del neoclasicismo.
Es Hernández, el científico de retornar a su patria con el primer microscopio francés para la universidad Central de Venezuela. En la Grita por grandes ignorancias se perdieron aquellos poemas que conservó Isaura. Y una vez de muchos años; el finado Ramón Elías, recaudando en “La Coroteca” grítense, nos mostró unas hojas amarillentas casi ocres, descritas en tinta de puño y letra dedicada una por el médico a la poetisa de la Grita, y la otra a Cefora Ramírez la Panadera. Era sentir el maravilloso secreto de la imprenta perdida y guardada en un sótano de una vieja quinta del “Topon” donde se imprimía “El Esfuerzo” y devolvernos el misterio del sabio viajero y de saber sentir sobre el insigne escritor.
Hoy San José Gregorio Hernández, dicho por los desamparados y los pueblos, entre letras y cantos. En la beatitud sagrada de los altares y en la presencia de todas las verdades, más allá de aquel convento de la ciudad del Espíritu Santo donde desde allí se abocó a ser monje y dueño de ideales místicos en Italia a los hermanos cartujos y como un breviario de amor se consagró a lo más inmenso de ser único, poeta, médico, escritor, académico y santo… Ayer en el Acto de Graduación de los bachilleres del Colegio del Sagrado corazón de Jesús de nuestra Grita, lo ofrendamos en nombre del Bachiller: Carlos Kamilo Salas Melani. Mi nieto; una obra dedicada al ilustre Médico, para consérvala en la capilla del instituto donde vino hace 136 años por invitación del ilustre Jáuregui. Para qué en la eternidad florezca de Paz y conciencias…
*Artista Nacional. *Maestro Honorario. *Doctor en Arte. *Cronista de la Grita.
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