Opinión
La esquina de “María Lía”
miércoles 10 diciembre, 2025
Néstor Melani-Orozco
Fue donde siempre se escuchó la sirena del portentoso “Teatro Gandica”, como si de los años vinieron los personajes del cine mexicano y existiendo los poetas. De la fiesta del “Toro Candela” donde los Pineda vistieron los sentidos y Nelson Melitón describió las historias. Y el hermano mayor: Emilio ofrendó de eternidades a las albricias de “Campo Alegre” para remontar los cielos con la virgen del convento.
Siempre se escucharon desde aquel lugar las tres campanas de La Grita y como una ceremonia de los años, desde la capilla del Llano se veneró en beatitudes en el portal de Belén. Y la “Esquina de María Lía” guardó los recuerdos desde los libros del Cronista Raúl Salcedo y las esencias de amor de los hijos eternos. De amor las tartas de doña Lucinda con el zaguán bendito, con la anciana Amelia guardando las colchas de los sueños y de amor la calle vieja y con la ternura de la luz del farol en los cantares de una serenata.
Desde la “Esquina de, María Lía” se divisaron los tiempos como plegarias sublimes de todas las verdades de la otra Grita, desde los personajes de Escayola con los tres Reyes Magos venidos de los imaginarios de Andalucía, hasta las leyendas de las Señoritas Duque mostrando al abuelo Abel con su fusil remontando los páramos y de cada brindis de las nochebuenas en la casona de las Dávila se consagraban los vinos y como una estampa, mientras de meditaciones Pablo Salas y Lourdes ofrendaron albricias a la inmaculada santa de la cima de la Meseta.
Fue desde “La Esquina de María Lía” donde se pudo apreciar hace ochenta años al circo Razzore abriendo su gigante carpa en el lugar donde existieron las fiestas de los toreros hacia tres siglos. Más como de remedios del alma: Ramón Victoriano dibujando los sillones en la carpintería, entre la jaula de los pájaros y Baldomero vecino madrugando con las estrellas. Saber desde aquel lugar bucólico entender de la panadería más antigua que existió de la ciudad desde Antonio Ramón Navarro con las verdaderas y primeras quesadillas. Fue desde la, “Esquina de María Lía” la oración perpetua de los cantares del poeta Héctor Paredes Márquez, con su “Anillo de Oro y Plata” escribiendo la tonada desde la guitarra viajera y Miguel Ángel Méndez describiendo sus pertenencias en los sueños en la casa grande de Don Francisco García Calderón para escuchar a los arrieros y muy de tiempos a los profesores y beisbolistas que trajo el Matemático General Flores donde vino el originario de las grandes ligas: Encarnación Rodríguez, dicho en las tertulias y bendecido de ser negro. Contemplar desde los espejos a Bartolo llevarle las hostias al reverendo Melecio García en el solar de los manzanos frente al balcón del General del tiempo, libertador de América. Porque desde la preciosa Esquina en los amaneceres se sintió la diana del Liceo Militar con sus himnos y del valor de la Academia el ejemplo de Mario Briceño Perozo en lo prusiano del mayor Márquez Morales. Y sobre “La Canción del Violín” del continental poeta Teodoro Gutiérrez Calderón se guardó en El Topón en un sótano la imprenta de la poetisa Isaura.
Fue “La maravillosa esquina de la calle Miranda con la callejuela de los solares del capitán Requena donde hubo siempre chicha heredada de los Babuquenas, entre dulces de coco y manjares de miel de las abejas. Desde Mercedes Sánchez hablando de las acemas con su hermano maestro Doroteo. Y como del viento; la luna para adorar a una estrella allá en el sur donde existen las inmensas montañas con las lagunas del glacial. Santuario de las aguas del Táchira. Sobre la flauta del maestro Rubén Duque y la mandolina de Efraín Guerrero en su magisterio de peluquero y sobrino de Medarda Piñero.
Es de Dios “La Esquina de María Lía” revestida de recuerdos con la pureza de una preciosa novela… en el cantar de los gallos de pelea de Germánico Apolinar. La Esquina en la imagen de la arquitectura griteña junto a los sentidos de una rosa del alba y las memorias convertidas en cada gota de la lluvia en las alboradas de la ciudad que fue eterna. Y pudo haberse distinguido en la tierra de los valores patrimoniales. Y más aún de testimonios será la comarca Primogénita desde la vieja “Esquina de María Lía” en las fuentes de la eternidad.
*Artista Nacional. *Maestro Honorario. *Doctor en Arte. *Cronista de La Grita.








