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29 de septiembre de 2024
Con todo el respeto que se merece, al señor Hermann Escarrá. El amigo llama a Nicolás Maduro un “estadista para la paz”. ¡Hágame usted el favor! El estadista es estadista a secas. Pienso que no puede haber estadista para el amor, estadista para la ira o estadista para la paz. Un estadista “es aquella persona que posee gran conocimiento y experiencia en relación a la unidad jurídico-política denominada Estado”. Entonces, no comparto la definición que le da el señor Escarrá a Maduro. Muy lejos de la realidad conceptual. Aclaro, no soy quien para dar una cátedra de estadista, pero en honor a la verdad, la experiencia y la praxis del día a día, nos permiten emitir juicio de opinión ajustado a la verdad verdadera. Lo que ocurre hoy en Venezuela nos lleva a ver los hechos con claridad.
¿Bajo qué criterios el señor Escarrá señala que Maduro es un estadista y, además, para la paz? Pienso que esa declaración lo ha dejado muy mal parado. Al ver las actitudes y las acciones de Maduro, podemos llegar a una conclusión: no es ningún estadista. Salvo, por su condición de presidente. Pero, reza la Biblia: “por sus acciones los conoceréis”.
Estadista fueron Sócrates, Ulpiano (dueño de la expresión “Dar a cada uno lo suyo”), Platón, Aristóteles, Winston Churchill, Yaser Arafat, Nelson Mandela, el mismísimo dictador Marcos Pérez Jiménez y su homólogo Fidel Castro, nuestro Libertador Simón Bolívar, a quien se le han trastocado muchas de sus ideas, vale decir, han equivocado parte de su pensamiento, por ejemplo: “Es insoportable el espíritu militar en el mando civil”. Revisen qué tenemos hoy. Militares ocupando muchos cargos que les deben corresponder a muchos civiles. “Al estadista lo distingue su capacidad de superar la parcialidad electoral inmediatista y el beneficio personal o partidista, con una visión y voluntad de país que reta y convence a la sociedad…” (http://www.el-nacional.com/noticias/historico/donde-estan-los-estadistas_249).
Un estadista es mucho más que un hacedor de ilusiones. Un estadista no es un “menta madre”. Mucho menos llevar al ciudadano a la guerra. No puede ser estadista quien menoscabe los principios fundamentales, como la alimentación, la vida, la libertad y la democracia, el derecho a la salud. Maduro no reúne los estándares para ser un estadista, mucho menos “estadista para la paz”. Veamos sus actuaciones. Escuchemos su verbo. Los acontecimientos están allí. Un estadista busca la unión de su pueblo. No la disgregación ni la discriminación. O ¿es falso que el mentado “Carnet de la Patria” (sacado como de la manga de su traje en su campaña electoral), no es excluyente? Y no abordemos la miseria humana que se esparce por gran parte del territorio nacional. Porque un verdadero estadista no permitiría que su pueblo se dividiera en dos bandos.
Un día inolvidable. Turbulento para la historia reciente de Venezuela fue aquel donde, con un verbo encendido, le nombró la madre al dirigente político Henry Ramos Allup, presidente de otro poder: la Asamblea Nacional. En cadena de radio y televisión soltó esta perla: “Algunos dicen pobrecito ese viejito, pero bien ´coño e madre´ que es ese viejito” (Sept 2016). Si de esta manera nos presentan a un estadista, pues, estamos orinando fuera de un perol. (Discúlpenme la expresión popular). Pero desafortunadamente, estamos ante un momento alienante.¿Es Maduro un “estadista para la paz”? Se abre el debate pues.
(Alfredo Monsalve López) /[email protected]
@monsalvel
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