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Inicio/Opinión/...la cotidianidad en nuestras vidas.

Opinión
…la cotidianidad en nuestras vidas.

lunes 28 mayo, 2018

Es interesante ver cómo algunos artículos llegan más que otros. Precisamente el de andanzas y saberes, publicado como un homenaje a las mujeres, en especial a las mujeres tachirenses, suscitó comentarios y aprobaciones en torno al tema, que cómo casi siempre está ligado a nuestra ciudad y las posibilidades que tenemos de hacer transformaciones a partir de nosotros mismos.

Ello me obligó a reflexionar y releer el artículo, para asomarme a quizás una nueva posición: ciertamente pienso que debemos cada uno de nosotros criticar y aportar desde nuestras capacidades y espacios, pero indudablemente, hay un tercero, qué es la sociedad en la que habitamos, nos preparamos, nos desarrollamos y pertenecemos, y que no nos está ofreciendo lo que cómo individuos y comunidades requerimos. ¿Cómo observar analíticamente esa sociedad para observarla desde adentro y a partir de nosotros mismos?.

Si empezamos por algo tan básico como la familia, y lo que conlleva, por ejemplo, ¿cómo analizar particularidades sin perder de vista lo global, y viceversa? Esa familia que antes era extensiva y que de alguna manera permitía distribuir las tareas, y que era nuestra sociedad y por ende nuestra ciudad tradicional hasta hace poco, se ha convertido en un pequeño núcleo, aislado, concentrador de obligaciones, sin los soportes de sus  relaciones humanas y espaciales.

Siendo que la sociedad moderna, prácticamente se define a partir de la cotidianidad, ella genera desde el punto de vista urbano, soluciones para que se resuelva racionalmente esa cotidianidad. Evidentemente vemos que no se han logrado alcanzar esas soluciones necesarias. Lo terrible es que sobre las mujeres pesa esa cotidianidad de problemas, que ellas reconocen fundamentalmente a través de la familia, cercándola, porque ya ni siquiera cuenta con esa familia extensiva, producto de la visión y conformación de la sociedad moderna a la cual pertenece. Pero lo peor, es que tampoco tiene acceso a una ciudad amigable, poque las soluciones no tienen en cuenta las escalas urbanas tradicionales, rompiéndose los esquemas de sus anteriores relaciones. La escala humana que debe tener la ciudad debe presentarse en cuatro niveles: individual, familiar, vecinal y comunal. Eso vendría a conformar nuestro derecho a la ciudad, en donde deberíamos tener acceso a todo lo necesario.

¿Cómo lograr incorporar la racionalidad en las soluciones urbanas, la parte humana, la comunicación digital sin que socave la ciudad física, y se integre lo bueno y lo malo,  lo efímero y lo permanente, lo superfluo y lo importante?

El mes de junio, es el mes del Arquitecto. A través del Colegio de Arquitectos se están planteando una serie de actividades. Aspiramos que incluyan debates con las comunidades, para ir pisando tierra, y conectándonos con una realidad diferente, pero más cierta que la que a veces, proyectamos.

No se pretende volver a la ciudad tradicional, pero si rescatar elementos urbanos y humanos que cómo sociedad nos permiten una ciudad más vivible, de allí la importancia de enlazarnos, como siempre lo digo, con todos los sectores, no solo con algunos, con todos. Toda la sociedad en su diversa complejidad es productiva, a diferentes niveles. La productividad debe ser vista no solo como la generación concreta de un objeto, también y quizás la más importante, la de la generación de ideas que permite desde diferentes visiones, una ciudad nás integrada y verdadera.

Julieta Cantos

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