Este lunes cuando se dio inicio a la semana de cobro en efectivo de pensiones se vio que aunque largas las colas de personas de la tercera edad fueron muy fluidas en las entidades bancarias de San Cristóbal.
Incluso en el Banco de Venezuela de La Concordia a eso de las diez de la mañana los pensionados pudieron esperar cómodamente sentados su turno en taquilla.
Hubo paciencia pues ellos sabían que era bastante lo que se ganaba con el efectivo en la mano, paciencia que se sobreponía a las condiciones climáticas, al estado de su salud, o al tener que gastar entre cinco y seis horas.
Sobre la medida del pago de pensiones de acuerdo con el terminal de cédula, las opiniones estaban divididas entre quienes les parecía una forma de agilizar el proceso, y entre quienes consideran que se les restringe de tal modo que corren el riesgo de no poder recibir su efectivo ese mes, al verse impedidos de asistir al banco el día que les toca, y no cualquier día de la semana.
En algunas entidades se vio la presencia de la fuerza pública, entre ellos estudiantes de la Unes, poniendo algo de orden en la entrada a la que en determinados lapsos de tiempo ingresaban lotes de 10 o 20 personas: al respecto muchos en la cola alababan la resolución del Banco de Venezuela de permitir lotes de 50 personas y abrir más temprano. Si bien se ha tratado que la cola fluya, algunos pensionados se quejan de que sencillamente no debería haberlas, pues no es justo para quienes se sacrificaron toda una vida dando lo mejor para su país.
En las entidades bancarias que abordaron del Centro y La Concordia se constató la cancelación de alrededor de millón cuatrocientos mil bolívares en efectivo; cantidad no obstante con que apenas se obtendrían uno que otro producto de la canasta básica, aunque muchos más si tuvieran que cancelar los mismos con punto, que conlleva la duplicación o triplicación de su precio.
“Un millón cuatrocientos mil bolívares no alcanza ni para el pasaje, –afirmó Tulio Figueredo- y menos si sufren enfermedades con lo elevado del costo de las medicinas. Yo trabaje 25 años y pagué mil trescientas cuarenta y nueve cotizaciones, yo si me las gané; como no pertenezco a un partido de Gobierno, no me dieron la pensión de otra forma”.
A pesar del pago puntual y en una cantidad en efectivo que los bancos no entregan comúnmente a sus clientes habituales, para Sebastián Restrepo esto no debe ser excusa para no exigir un aumento de sus pensiones
“Esa pensión ha sido sacrificio de nosotros –afirmó Restrepo– no ha sido regalo de nadie; nosotros no debemos ser conformistas. Lógico que aspiramos a mucho más porque un kilo de carne ya cuesta tres millones de bolívares
Tomás Moncada hace la cola esperando que no solo le cancele lo de este mes sino del anterior ya que debido a un percance no lo pudo cobrar.
“Yo me corté un pie, –declaró Moncada– por lo que no puede cobrar el mes pasado. Espero que me paguen completo los dos meses porque con eso pienso viajar a una hija en Sopocó que sufrió un accidente en su ojo. La sola buseta en efectivo ya me está saliendo en 450 mil bolívares.
Algunos pensionados se quejaban de que los cajeros aplicaban cierta “operación morrocoy” al atenderlos; pero otros reconocían de lo delicado de fallar en la entrega inexacta del efectivo, por lo que se requería más cuidado.
La mayor queja entre los pensionados vienen de los que no residen en San Cristóbal, que además de no encontrar transporte para movilizarse a la capital tachirense, no cuentan con el efectivo para hacerlo, y el pago no les resulta nada halagüeño a sus bolsillos.
“El Gobierno o los gerentes de los bancos, –acotó Luis Benítez– deberían acordar que las personas que, como yo, viven en Rubio, deberían pagarnos allá. Hay gente que viene de Delicias, que casi que gastan la mitad de la pensión en pasajes. Y encima de todo en San Cristóbal han cerrado varias oficinas, concentrando toda la cola en una sola. Eso demora mucho más la atención.
Freddy Omar Durán