Sucesos
Gaes detectó banda de falsificadores de dólares: un detenido, tres en fuga y varios investigados
27 de junio de 2018
En el maco de una investigación, por un caso de estafa, adelantada por funcionarios del Gaes21-Táchira se logró determinar la existencia de una cantidad no precisada de dólares falsos que una banda binacional (colombo-venezolana) ha introducido a nuestra esta entidad, billetes de 100, provenientes del vecino país con los que han estafado a varias personas que compraron divisas extranjeras.
Por el momento hay un detenido, tres cómplices plenamente identificados en fuga, y al menos otras tres personas de interés en la investigación.
Fue luego de una denuncia formulada ante la Sección Central del Gaes, por una estudiante universitaria, oriunda de Guasdualito, estado Apure, que confiada compró a estos delincuentes la cantidad de 7 mil dólares en cuatro distintas transacciones, y que al querer adquirir una vivienda en San Cristóbal para que su familia se mudara a esta ciudad, infortunadamente comprendió que había sido estafada, una vez el vendedor del inmueble comprobó que los billetes eran falsos, al verificarlos en una máquina de rayos UV.
La muchacha explicó ante el Gaes, que el contacto con los delincuentes fue a través de las redes sociales y grupos de Whatsapp creados sólo para interesados en comprar y vender divisas extranjeras. Dijo que luego de que ella manifestara su necesidad de comprar dólares, fue contactada por un primer sujeto, con quien negoció los primeros mil 500, el pasado 20 de mayo.
La estudiante consideró que solo con probar los billetes “pasándoles el marcador”, era suficiente para determinar su legalidad, y no tuvo ninguna reserva en comprarlos.
Dos días después, otra persona la contactó con la misma intención, y ésta nuevamente, cedió. Le compró dos mil dólares. En una tercera y cuarta negociación con distintos sujetos, la chica completó los 7 mil dólares que serían destinados a la compra de la casa, de acuerdo a los requerimientos de sus padres.
Al verse estafada, acudió en busca de ayuda. En primer término, a través de los cuatro números telefónicos desde donde la contactaron fue un importante elemento para iniciar la investigación, y el hecho de que la víctima informara que en tres de las cuatro transacciones, los vendedores se movilizaban en un vehículo Renault Symbol, dorado o arena, y que incluso en la última oportunidad le pareció ver que el primer muchacho que le vendió los dólares, acompañaba al último, dejó entrever a los militares que estaban al frente de una banda organizada.
La víctima tuvo la previsión de anotar la matrícula del vehículo, y esta pista agilizó la averiguación. La labor informática que practicó el Gaes permitió identificar a cada uno de los sujetos, incluso al obtener sus fotografías a través de las redes sociales, la víctima reconoció a los cuatro.
Al ubicar al propietario del vehículo y dirigirse a su casa, fue una dama la que dijo que era suyo, pero aseguró que se lo había prestado a un muchacho que a su vez lo había dejado desde hace algún tiempo en un taller, para repararlo.
Pero al otro día, al momento de querer verificar en el taller si estaba o no el vehículo, éste no estaba abierto, y así ha permanecido los últimos días. Coincidencialmente el tío de uno de los sospechosos, es el dueño del taller.
Una captura, tres evadidos y varios investigados
A uno de los sujetos que la víctima señaló y reconoció, lo capturaron en su lugar de trabajo, en el Sambil. Al verse descubierto, en su defensa dijo que también lo habían engañado, que simplemente “había sido utilizado, sólo por hacer un favor”. Aún así Adrián Q.,fue puesto a órdenes del Ministerio Público.
Le incautaron un celular, del cual el Ministerio Público solicitó que el laboratorio central le hiciera un “vaciado” telefónico, y mientras se esperaba por la experticia, el vehículo incriminado, que se supone permanecía en un taller, fue interceptado en Pueblo Nuevo.
Dos hombres iban a bordo. Uno de ellos, Cristomar G., hijo de la dama que ya había manifestado que el carro era suyo. Ninguno de los dos fue reconocido por la víctima. Quien conducía el vehículo al ser interrogado manifestó que desconocía porqué lo detenían si después de mucho tiempo, apenas acababa de llegar de Bucaramanga, Colombia. Lo mismo dijo el acompañante, aseguró estar ajeno a lo que ocurría.
Al explicársele el porqué se les interceptó, el hijo de la dueña garantizó que el vehículo estuvo cuatro meses en un taller, coincidiendo con la versión de la madre. Dijo ser un comerciante venezolano, con negocios en Bucaramanga. Al enseñarle la foto de uno de los estafadores, aceptó conocerlo pero se desentendió de los hechos.
El vehículo en cuestión, le fue retenido al no presentar la debida documentación y por ser parte de una investigación. Le sería devuelto al otro día cuando presentaran los documentos. También le regresaron un IPhone, aunque no presentaron la factura de compra, pero se determinó que no era de interés en el caso. Ninguno de los hombres regresó para recuperar el vehículo.
Al otro día, para cuando llegó la experticia al celular de Adrián, hallaron evidencia incriminatoria. Entre otros aspectos, conversaciones entre los presuntos miembros de la banda en las que se mofaban e intercambiaban información sobre el antes y el después de haber estafado a la chica. Consideraban entre ellos, que era una víctima fácil de engañar.
Uno de ellos, posiblemente el segundo cabecilla de la banda, recomendaba a los otros “no boletearse, ni estar comprando cosas o ropa”, en ese momento, “para evitar levantar sospechas”.
En dichas conversaciones, uno le preguntaba a éste último, por las supuestas comisiones que por “los trabajos” aún les adeudaba “el jefe”, y él respondía que cuando llegara de Colombia, el jefe “cuadraría”, con todos, y que el IPhone que le prometió a uno de ellos, ya estaba “en camino”.
Pese a esta evidencia incriminatoria, el lapso de tiempo entre que lo retuvieron en el vehículo y la experticia del vaciado telefónico, fue suficiente como para quien se asoma como el jefe de la banda, aprovechara para huir, posiblemente de nuevo a Colombia.
Sin embargo las investigaciones continúan, los otros tres sujetos: Oscar A: Miguel R; y Zeus C., con edades entre los 22 y 23 años, autores materiales del hecho, están identificados plenamente y buscados.
Tomar previsiones
Además de alertar con este caso a la colectividad sobre el riesgo que representa realizar con desconocidos, transacciones de tal naturaleza, el Gaes 21-Táchira advierte que circulan en la ciudad dólares falsos, por lo que recomienda evitar la compra-venta no autorizada de divisas extranjeras e incluso, no contactar por las redes sociales en vista de que además los delincuentes están clonando el Whatasaap e Instagram de los usuarios, con lo que acceden a sus contactos, y desde allí manipular a su antojo.
Llegado el caso que, pese a las advertencias, al ser víctimas de estafa o timo, deberían acudir de inmediato a los órganos competentes.
Miriam Bustos