Los zapatos de Joel, un enfermero venezolano de 40 años de edad, tienen la suela despegada, y un orificio en un calcetín deja ver su talón. Reclama un sueldo digno en una huelga que este martes completó su segundo día.
«¡El sueldo no alcanza ni para unos zapatos!», escribió Joel Márquez en una pancarta que exhibió junto a una treintena de compañeros. Todos gritaban consignas ante una decena de policías que les pedían despejar una calle del oeste de Caracas.
Su reclamo formó parte del segundo día de un paro indefinido de los enfermeros de los hospitales públicos, que el gobierno trató de conjurar regalando cajas de comida.
Desde el lunes se registran pequeñas manifestaciones a las que se han sumado trabajadores de 18 centros médicos, dijo Ana Romero, del colegio de enfermeros del Distrito Capital que agrupa a unos 26.000 afiliados.
«¡Sueldo digno ya!», fue la proclama dominante frente a la maternidad Concepción Palacios, donde los manifestantes se relevan para no dejar solos a los pacientes, afectados a su vez por una severa falta de medicinas y suministros hospitalarios.
AFP