En una rueda de prensa junto al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y al primer ministro búlgaro, Boiko Borisov, en la estación alpina de Planai, en el sur de Austria, Kurz destacó la importancia de asegurar que la UE sea fuerte.

“Queremos usar la presidencia del Consejo para ser mediadores en la UE, reducir tensiones en el seno de Europa y asegurar así que la Unión Europea sea fuerte”, dijo el canciller austríaco.

Según Kurz, el contexto internacional es difícil en estos momentos, “con las tensiones con Rusia, la situación poco previsible en Estados Unidos y una UE donde por primera vez un país abandona la unión de forma voluntaria”.

Con motivo del inminente comienzo de la presidencia austríaca mañana, el gobierno de Kurz organiza hoy un “picnic” ciudadano, con la participación de unas 5.000 personas.

Tusk, por su parte, hizo un llamamiento a la unidad en la UE, ya que en tiempos de una crisis migratoria los ciudadanos europeos exigen a sus políticos que garanticen la seguridad.

“Como nuestra cumbre en los últimos días ha demostrado, trabajamos duro para asegurar que la UE se asocie a la estabilidad y no a la inestabilidad, a la seguridad y no a la inseguridad”, agregó en la misma rueda de prensa.

“Pero sobre todo debemos estar unidos en este objetivo”, concluyó Tusk, quien se dirigió en alemán a Kurz, al que deseo mucha suerte para su presidencia, y cuyo lema “Una Europa que protege” le pareció “el más acertado posible”.

Los líderes de la UE acordaron el jueves por la noche en su cumbre en Bruselas seguir un nuevo rumbo en la política migratoria, con la posibilidad de crear centros de registro de refugiados fuera y dentro del territorio comunitario, dejando atrás el sistema de reparto de personas que había causado tensiones en la UE.

Después de seis meses, Bulgaria entrega esta noche la presidencia rotatoria del Consejo Europeo a Austria, cuyas prioridades son la inmigración, la seguridad, la digitalización de la economía y el acercamiento de las repúblicas balcánicas a la UE.

EFE