Fue una enfermedad identificada hace cuatro décadas. Pero en los últimos años viene despertando preocupación entre médicos y autoridades sanitarias. Las dificultades para diagnosticar la infección por Mycoplasma genitalum (MG) se le suman las complicaciones para tratarla. Es debido a su resistencia a los antibióticos, lo que podría convertirla en una nueva superbacteria.
La Mycoplasma genitalum es una enfermedad de transmisión sexual más común que la infección por clamidia o la gonorrea. Pero más difícil de reconocer, de acuerdo al Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC). Desde 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo considera un patógeno “de importancia creciente”.
Se estima que afecta al 1% de la población británica de entre 16 y 44 años. La infección puede pasar desapercibida, ya que en algunos casos no da síntomas. En quienes sí los manifiesta, puede aparecer con dolor, tanto en hombres como en mujeres.
Hasta el momento no hay exámenes estandarizados para diagnosticar esta infección. Pero por lo general se hace un exudado genital en mujeres y un análisis de orina en hombres que presentan síntomas. El tratamiento consiste en un ciclo de una familia de antibióticos llamados macrólidos. Sin embargo, médicos advierten que la infección está desarrollando resistencia a algunos de estos fármacos.
Suzanne Garland del Royal Women’s Hospital de Melbourne (Australia) advirtió que “está actuando como una superbacteria, porque las investigaciones muestran que al menos 50% de las personas tienen una MG resistente a los medicamentos”.
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