El primer ministro pasó “cerca de una hora” en los lugares siniestrados, en las turísticas localidades de Mati y Rafina, a unos 40 kilómetros al este de Atenas, exactamente una semana después de estos incendios, los más mortíferos registrados en la historia del país.

El cuerpo de un hombre ahogado fue hallado en el mar el lunes por la tarde, según los bomberos, lo que lleva el balance de víctimas mortales a 92.

“He visitado los lugares de la tragedia, he hablado con los ciudadanos, ingenieros, militares y voluntarios. El dolor es sin precedentes pero se tiene que respetar a los que lucharon contra las llamas y que ahora se esfuerzan en reparar” los daños, tuiteó Tsipras, después de esta visita, en la que hubo muy pocos medios de prensa.

Los habitantes de Mati y Rafina comenzaron a limpiar los lugares de la catástrofe con ayuda de voluntarios venidos de otras regiones y los servicios estatales.

Atizado por vientos de 120 km/h, el incendio forestal del 23 de julio declarado en el monte Pentélico alcanzó en menos de una hora las viviendas de Mati y Rafina.

Algunas personas murieron quemadas vivas cuando intentaban huir en coche y otras cuando intentaban llegar a las playas.

El gobierno sospecha que el incendio fue de origen criminal y la justicia está investigando.

En cambio, algunos expertos destacan la falta de un plan urbanístico en esas localidades construidas en medio de pinares.

El viernes pasado, Tsipras asumió la responsabilidad política de la tragedia sin cuestionar la gestión operativa de la lucha contra el fuego.

Por su parte, la oposición y la prensa criticaron la falta de coordinación de los servicios encargados de luchar contra el fuego.

AFP