Internacional
Recurrir o no al FMI, el dilema del nuevo gobierno de Pakistán
3 de agosto de 2018
El excampeón de críquet Imran Khan, que se convertirá muy probablemente en el nuevo primer ministro de Pakistán, tendrá que hacer frente a una situación económica crítica y decidir si recurre o no de nuevo a la financiación del Fondo Monetario Internacional (FMI).
– ¿Cuál es la situación actual?
Pakistán está al borde de una crisis de su balanza de pagos que pone en peligro su moneda, su capacidad para pagar sus deudas y sus importaciones.
En los cinco últimos años, el déficit presupuestario no ha dejado de aumentar y pasó del 4% al 10% del PIB. Al mismo tiempo las importaciones han aumentado mucho más que las exportaciones.
La consecuencia es que las reservas de divisas han caído hasta 10.300 millones de dólares y la rupia ha sido devaluada cuatro veces desde diciembre, alimentando la inflación.
«En los cuatro o cinco últimos años, hemos pedido prestado como locos. Ahora hay que devolverlo pero ya no tenemos reservas», asegura Hafeez Pasha, un exministro de Finanzas, en declaraciones a la AFP. «Hemos tocado fondo».
– ¿Cuánto necesita Pakistán? –
Pakistán ya recurrió doce veces a las ayudas del FMI desde el final de los años 1980. El último préstamo fue en 2013, cuando el gobierno obtuvo 6.600 millones de dólares para evitar una crisis similar a la actual.
Según Zeeshan Afzal, director de la consultora Insight Securities, Pakistán necesita ahora 12.000 millones de dólares. Pero todavía no ha reembolsado su préstamo anterior, lo que podría limitar su capacidad de negociación con el FMI.
«Islamabad cree que obtendrá un máximo de 6.500 millones, esperando que tengan un efecto virtuoso en la confianza de los mercados», indicó un diplomático.
Otro de los problemas es la mala relación de Pakistán con Estados Unidos, el país que más contribuye al FMI.
«Vamos a ver qué hace el FMI», advirtió el lunes el secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo, dando a entender que el gobierno paquistaní quiere fondos para pagar sus deudas a China, algo que según él no es «lógico».
– ¿Cuáles son las consecuencias para el gobierno ?
«Tendremos semanas, no meses, para actuar», dijo el que será probablemente el ministro de Economía, Asad Umar, al periódico Financial Times el jueves. Todas las empresas públicas paquistaníes, incluyendo la compañía aérea PIA, muy deficitaria, podrían ser privatizadas, añadió.
El gobierno de Pakistán teme que las condiciones de un nuevo préstamo del FMI, impuestas por Washington, sean mucho más estrictas que las de 2013.
– ¿Hay otras soluciones?
Los medios paquistaníes anunciaron recientemente un préstamo a Pakistán de 2.000 millones de dólares procedente de China y otro de 4.500 millones de Arabia Saudita, aunque ninguno de los dos países lo confirmó.
Frente a los problemas de su balanza comercial, Imran Khan podría intentar reducir las importaciones. Pero esta medida, que ya se intentó en el pasado, nunca han dado frutos hasta ahora, en un país con fronteras poco vigiladas y donde actúan numerosos grupos contrabandistas.
Pakistán podría intentar también alentar las inversiones extranjeras.
«En 2007, representaban 8.500 millones de dólares, un 6% del PIB, y hoy menos del 1%», apunta Ashfaque Hasan Khan, un exconsejero económico del gobierno. «Podría volver a pasar», asegura.
En 2017 Pakistán estaba en el puesto 147 de 190 de los mejores países para hacer negocios.
Una nueva devaluación de la rupia, que encarecería las importaciones y favorecería las exportaciones, podría ser una alternativa pero según el exministro de Finanzas, Hafeez Pasha, «el pueblo saldría a la calle» y sería el «fin» de Imran Khan.
Por su parte el economista Abid Suleri asegura que el país puede aguantar todavía «entre cuatro y seis meses» pero tiene que recurrir al FMI para que Pakistán «pueda respirar».
AFP