Los primeros síntomas del golpe de calor, que puede causar incluso hasta la muerte, pueden pasar desapercibidos para la persona que los está sufriendo o también ser minusvalorados o atribuidos a otra causa.
Los primeros síntomas en ser identificados desde el comienzo son: cansancio, dolor de cabeza, mareo, náuseas y vómitos, inestabilidad, enrojecimiento, sequedad de la piel y calambres, entre otros. Hay personas que haciendo ejercicio se someten a una fuente de calor excesiva y no perciben los síntomas iniciales.
Un síndrome al que, según explica el doctor, son más vulnerables niños y personas mayores, aunque también los pueden sufrir adultos con patologías previas o personas que haciendo ejercicio «se someten a una fuente de calor excesiva y no perciben los síntomas iniciales».
El golpe de calor tiene una «secuencia de presentación», pero a veces esos síntomas, según el especialista, «son minusvalorados o se atribuyen a otras cosas, con lo que, «si no se sospecha y al no tratarse, se puede llegar a un cuadro agudo y grave». Esta situación, si no se controla a tiempo, puede desembocar en la pérdida de la conciencia, en un colapso cardiorrespiratorio y al final en la muerte.