Cada día que pasa es más difícil para los tachirenses y en especial para quienes perciben un sueldo mínimo cubrir sus necesidades alimenticias y consumir proteínas animales como la carne vacuna y pollo, cuyo valor en el primero de los productos ya está por los nueve millones de bolívares por kilo, con lo cual quien gana cinco millones 200 mil bolívares, le es casi imposible adquirirla.
Debe mencionarse que en la mayoría de carnicerías de la capital tachirense, el precio de carne vacuna de segunda ya ronda los 7 millones de bolívares, cuando se trata de un corte de segunda clase como sobrebarriga, pecho y hasta la misma costilla, cuyo contenido es mayoritariamente hueso.
Cortes como el solomo o cuerito negrito, son vendidos en hasta 9 millones de bolívares, lo cual raya en lo escandaloso, ya que es casi incomprable para quienes solo viven del salario mínimo, ello sin tomarse en cuenta que la familia no esté compuesta por más de dos o tres personas.
Si se trata de vísceras, un kilo de tripa ya está por el valor de tres a cuatro millones de bolívares, producto que por su costo en comparación a la carne es muy requerido, al punto que se hace casi imposible conseguirlo, pues los primeros que llegan a las carnicerías se la llevan.
Las patas de res por unidad, cada una es vendida entre tres y cuatro millones de bolívares, al igual que la chinchurria.
El pollo está caro
Otra proteína animal como el pollo, igualmente casi semanalmente experimenta alzas inusitadas y actualmente un kilo del ave cuesta 4 millones 700 mil bolívares, al igual que el muslo y pechuga.
Un kilogramo de recortes de pollo está por el orden de los 4 millones 500 bolívares. El kilo de patas de pollo es vendido por el orden de los 4 millones de bolívares.
Con esta inflación galopante y de acuerdo con testimonios de algunos dueños de carnicerías, es muy posible que a final de año, el producto pueda rebasar los 15 millones de bolívares.
Pablo Eduardo Rodríguez