La Casa Blanca había indicado en un comunicado que “Estados Unidos continuará oponiéndose a la desestabilización de las estrechas relaciones y a la interferencia política en el hemisferio occidental”.

“Esta es una decisión que no solo afecta a El Salvador, sino a también a la salud económica y de seguridad de toda la región americana”, añadió, en un comunicado en el que también reiteró que Estados Unidos revaluará sus lazos con el país centroamericano.

Taiwán y China han usado el apoyo económico y otras ayudas como moneda de cambio para el reconocimiento diplomático de los países en vías de desarrollo, en un tira y afloja diplomático que dura décadas.

Pekín considera que Taiwán es parte de su territorio y debería anexionarse, sin descartar hacer uso de la fuerza para lograrlo.

Las relaciones entre Taipéi y Pekín empeoraron desde 2016, cuando Tsai Ing-wen llegó al poder en la isla, ya que su gobierno se niega a reconocer que Taiwán es parte de “una sola China”.

Como consecuencia de esta postura, Pekín se ha lanzado a arrebatar a los pocos, y cada vez menos, países aliados oficialmente con Taiwán.

El Salvador fue el quinto país que rompe lazos con Taiwán bajo el mandato de Tsai, y el tercero en lo que va de año.

El portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores chino, Lu Kang, dijo el viernes que la decisión de El Salvador de adherirse al “principio de una sola China” era “correcta, apropiada y legítima”.

“Algunos países toman esto y hacen comentarios irresponsables. ¿No interfiere esto en los asuntos internos de El Salvador?, ¿no es esto más bien una intromisión política en la región? Esto es obvio”, dijo Lu en una conferencia de prensa.

Pero aunque la mayoría de los países han establecido en las últimas décadas relaciones formales con Pekín, Taiwán todavía mantiene relaciones extraoficiales con países poderosos.

El aliado no oficial más importante de Taiwán es Estados Unidos, que suministra armamento a la isla, a pesar de haber reconocido a Pekín en 1979.

AFP