En alguna ocasión te habrá ocurrido. Uno de tus párpados empieza a tener una serie de espasmos que se repiten a lo lago del día varias veces. Son unas contracciones espontáneas e involuntarias que tienen lugar en el músculo orbicular del párpado y que se conocen como mioquimias o aleteo palpebral.
No llegan a cerrar el ojo pese a producirse en este músculo orbicular, una de cuyas funciones es esa, pero pueden llegar a ser molestos si se repiten cada pocos segundos.
Lo que provoca estos espasmos suele ser situaciones que generan estrés, tensión y ansiedad, aunque también llegan por cansancio y falta de sueño, según explican en El País.
Normalmente afecta a uno de los párpados de un ojo y no hay nada de que preocuparse ante ellos ya que no revisten gravedad alguna. Sin embargo, si estos temblores no desaparecen pasados unos días y se prolongan semanas, e incluso por la noche mientras dormimos o se traslada a otros lugares de la cara, hay que acudir al médico.
El descanso ocular es básico en los tiempos que corren, donde pantallas de ordenadores, móviles o televisiones están provocando una mayor fatiga ocular que en años atrás.