Cinco días permaneció el cuerpo sin vida de una mujer junto a su hijo de dos años de edad dentro de un apartamento en pleno centro de la ciudad de Cúcuta, departamento Norte de Santander.

La víctima y progenitora del infante, es una venezolana  identificada como Jennifer Ramírez Rivero, quien fue estrangulada.

Vecinos se percataron de la situación por el llanto del menor y los olores putrefactos que salían del apartamento, por lo que llamaron a la Policía para que verificara lo que estaba ocurriendo.

Según el coronel de la Policía Metropolitana de la capital norsantandereana, Javier Barrera Blanco, al acudir al lugar, los uniformados hallaron en el piso el cuerpo sin vida de  la joven,  de quien  no se suministraron otros datos, y cerca al niño llorando.

También se dijo que el bebé se habría alimentado con  los “ponquecitos” que su mamá   hacía  y vendía para ganarse la vida.     

Se trataría de un crimen pasional, según  las primeras investigaciones practicadas por las autoridades policiales colombianas que colectaron  y someten a experticia una botella de licor hallada en la escena del crimen que se presume  fue ingerido por la víctima y victimario previo al asesinato.

El pequeño fue atendido en un hospital de la ciudad de Cúcuta,   donde  permanece bajo pronóstico reservado, para luego  pasar a manos del ICBF -Instituto Colombiano de Bienestar Familiar-.

El padre de la venezolana que desde Bucaramanga viajó a Cúcuta para reclamar el cadáver de su hija,  solo dijo que  Jennifer tenía una marca de ropa, y se espera que sea él quien tramite también la entrega del menor.

(MB)