Regional

Despidió este domingo el mundo del periodismo al exdirector de Diario La Nación Germán Carías

27 de agosto de 2018

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Con la misma elegante y pulcra etiqueta, que lo acompañaba a todas partes que iba, y que lo distinguió en sus labores de director de Diario La Nación, el periodista Germán Carías Sisco, recibió en la sede del Colegio de Periodistas seccional Táchira, el último adiós de sus colegas, familiares, y admiradores de una brillante carrera que se extendió por más de 70 años.

Fue un sencillo homenaje en el cual estuvieron presentes por supuesto algunos de sus colegas que contaron con la suerte de compartir muchos de sus momentos estelares, y aprender de su experiencia y conocimientos. También se hicieron presentes autoridades universitarias para ofrecer el sentido pésame a su familia, y dar su reconocimiento al maestro que fue, habida cuenta de que la docencia representó otra de sus tantas facetas, desarrollada en instituciones de educación superior como la Ucab, la Ucat, la Unet y la Ula-Táchira.

Este caraqueño, hijo de un poeta, falleció este sábado en horas de la mañana a los 94 años, con la montaña tachirense al fondo, y el esplendor de una tierra que acogió su ferviente trajinar en las lides de la comunicación social; lo cual en ningún modo representó su retiro, mas por el contrario, fue aquí donde dio impulso a su etapa conclusiva con más ahínco y denuedo, que duró hasta apenas unas cuantas semanas antes de su deceso, cuando le puso punto final a su postrera cronística, referida a una de sus grandes obsesiones como fue el buen uso del idioma y su dimensión ética en la redacción periodística. Tal etapa contempló dos periodos como director de Diario La Nación, la primera de 1986 a 1989, y la segunda de 2000 a 2014, en cada una de las cuales dejó una impronta imborrable de excelencia.

Junto al también fallecido director de La Nación Mardonio González

Su gran amigo, el Cronista de San Cristóbal Luis Hernández Contreras nos sintetiza magistralmente lo que ha significado Germán Carías para el periodismo venezolano, haciendo sus pinitos muy poco después de la caída de Juan Vicente Gómez, en los albores de un nuevo periodismo respetuoso de la verdad y objetividad de los hechos, el dolor del pueblo desilusionado por la mentira de sus políticos, y de la calidad en la pluma reflejados en noticias y reportajes que aún en la actualidad son clásicos del periodismo:

“Fue una leyenda del periodismo venezolano. Desde muy temprana edad se inició en el periodismo al lado de su padre en la revista Alma Criolla. Fascinante es revisar toda su trayectoria en el diario El Nacional. Tuvo un gran conocimiento de todo el país. Germán Carías fue un gran exponente del periodismo interpretativo, y logró con eso remover cimientos de la sociedad venezolana. Al respecto recordemos que lo detuvieron en 1968 por haber denunciado la venalidad de unos jueces venezolanos, -los grandes juristas lo respetaron- eso fue motivo de mucha polémica para la época, y le valió su segundo Premio Nacional de Periodismo, el primero ganado en la década de los cincuenta. Hemos conocido sus soberbios reportajes en la frontera con Guyana y sobre la miseria en Venezuela. Se forjó en esa escuela del diario que fue El Nacional, y de la que hicieron parte entre otros Arturo Uslar Pietri, Germán Yánez y Simón Alberto Consalvi. Admiró siempre a su amigo Federico Pacheco Soublette a Oscar Guarumato, al quien consideró su hermano, y a Miguel Otero Silva, de quien tanta confianza recibió desde la dirección del El Nacional. Tuvo la fortuna de entrevistar a todo el presidente venezolano, desde el general Isaías Medina hasta Rafael Caldera en su segundo periodo. Cuando ocurría un golpe de Estado en América Latina tenía que ir Germán Carías a cubrirlo; y así ocurriría en los golpes contra Villeda Morales en Honduras, Juan Bosch en República Dominica, Fulgencio Batista en Cuba y con esa exclusiva latinoamericana de la cual sentía lanzada desde Madrid de la muerte del dictador Francisco Franco. Es Carías un emblema no solo de la prensa, sino de la radio y la televisión: él fue fundador de Notirumbos y sus trabajos en la televisión le valieron el premio Ondas en España, y es de los pocos periodistas venezolanos que ganó el premio de la Sociedad Interamericana de prensa en el año 1970”.

Agregó Hernández que “Cuando vino al Táchira por primera vez, estaba huyendo de la dictadura de Pérez Jiménez, que literalmente lo confinó a San Cristóbal. Luego cuando retorna a finales de los años ochenta es una gloria del periodismo. Tuve la fortuna de ser su amigo, admirador y confidente, y como rezaba en alguna sección de la revista Selecciones del Reader´s Digest es Germán Carías “mi personaje inolvidable”.

Sobre sus últimos años de vida “Estaba en plena capacidad de juicio, tuvimos la fortuna de visitarle hace 10 días en su apartamento, ya pegado a una máquina para respirar pero con su mente lúcida y con planes al futuro.

Se destacó por su mística y pasión por el buen periodismo.

Mi padre vivía cada reportaje

De la descendencia de Germán Carías, se cuentan sus 9 hijos, 11 nietos y 21 bisnietos. Tres de sus hijos se dedicaron al periodismo, y otros son eminentes profesionales de la medicina.

La comunicadora social Lilian Carías Bermúdez recuerda la pasión que el sentía por su profesión, la cual lo obligo a alejarse por meses de su hogar.

“Desde niña recuerdo cuando él se tenía que ausentar de la casa por varios meses a hacer esos trabajos investigativos, porque él se iba a vivir cada noticia que investigaba. Me acuerdo mucho del caso Niehaus, cuando se mantenía contacto permanente con los secuestradores. Al regresar al hogar, lo hacía con tal satisfacción, y de inmediato se ponía a teclear a dos dedos de madrugada en su máquina de escribir. Al terminar esas historias nos las leía en voz alta. Tres de nosotros salimos periodistas, heredando esa pasión, esa capacidad de gozar los reportajes. Nos enseñó buscar la palabra precisa y descriptiva para que el lector entendiera lo que tratabas de transmitir; nos enseñó a investigar hasta los más mínimos detalles y no conformarse con lo que “se decía”; y nos enseñó a ser objetivos. Como persona fue correcta, un gran padre, amoroso: tengo un orgullo tan grande de ser su hija.

La actual directora de Diario La Nación, Omaira Labrador, quien tomó la batuta de manos del profesor Carias, y que también como jefe de redacción estuvo a su lado en la estructuración y edición del cuerpo noticioso, con tristeza no guardó encomios para su mentor y amigo:

“Es toda una institución del periodismo. Lo conocíamos desde la escuela de Comunicación Social donde leíamos sus libros. Luego compartimos con el durante su segunda etapa en Diario La Nación. Si algo caracterizaba a Carias era su pasión por el periodismo, el pese a sus años aún se emocionaba con la noticia, se esmeraba por dar el “tubazo”, por una escritura pulcra, y por la excelencia. Muchas anécdotas nos contó cuando era el reportero estrella en sucesos, su fuente predilecta, y con la que era más exigente: siempre insistía en buscar el lado humano de los crímenes (más allá de la fría reseña del hecho). Una de las lecciones que siempre tendré conmigo es que a cualquier noticia se le puede sacar “brillo periodístico”. Hasta su muerte fue periodista, y siempre se preocupaba porque su columna saliera, llamaba si había que hacerle alguna pequeña corrección”

Ultima Cronística

La tergiversación obsesiva del idioma, torpe empleo de las palabras, sigue adoptándose erróneamente en algunos diarios, revistas y digitales. Porlo general,lo confunden por craso error idiomático y desconocimiento total de la gramática en violación sistemática de normas del Drae. Definitivamente, se utiliza en forma sesgadael verbo transitivo del latín axuxti “Ojar”, que significa ejecutar a un condenado a muerte o ajusticiar a un homicida,cuando en Venezuelano existe la pena de muerte ni siquiera el proceso judicial o juicio extremo, en ningún Código o ley de enjuiciamiento criminal.Tampocoel fusilamiento o el ahorcamiento. Menosla guillotinao la ejecución en redadasllamadas selectivas. Sin embargo, determinadas publicaciones transgreden normas idiomáticas para difundir en titulación equívoca la voz ajusticiar cuando matan a uno o más delincuentes en los denominados “cobros de venganza”, “ajustes de cuentas” o “repartición de botín” entre pandillas de malhechores.Asimismo,los hampones o criminales eliminados o muertos en razias oficiales.También los diarios y revistas colombianas recurren a la expresión “Dar de baja”, un colombianismo ya calcado en Venezuela y el cual es término bélico. Pero tiene significado más específico, y hace referencia a todas las personas que se pierden para el servicio militar, incluídos los muertos en combate, muertos por enfermedad, incapacitados por lesiones físicas o mentales, capturados, desertados, desaparecidos y de permiso por emergencia… La suma totalse conoce como “cuenta de bajas”. Lo correcto es observar los más idóneos principios idiomáticos y utilizar los vocablos abatir, ultimar o causar la muerte, aceptados por el Drae y todos los otros diccionarios castellanos. [email protected] (Germán Carías Sisco)

Recibió varios reconocimientos, muchos entregados por los presidentes de la República de turno.

Tres días de duelo

También el alcalde de San Cristóbal Gustavo Delgado participó de las honras fúnebres en el CNP de Germán Carías, al que calificó como un periodista honesto y a carta cabal que marcó huella por un trabajo de lucha y honestidad.

La presidenta de la seccional del CNP Táchira Sandra Rondón tuvo para el homenajeado un cariñoso recuerdo, especialmente por el acercamiento que en los últimos años tuvo para con el gremio, afirmando que representa “un gran ejemplo para las futuras generaciones”. Admiró su capacidad para corregir de forma oportuna y precisa. Precisamente por su gran aporte al engrandecimiento del periodismo el CNP decretó en resolución especial tres días de duelo.

Por las redes sociales, el periodista Roberto Guisti, tuvo palabras de elogios para Germán Carías:

Portada de su más reciente obra “Más allá de la noticia”

“Fue mi maestro, como profesor en la UCAB, y años después, cuando estaba a punto de resignarme con un cargo burocrático demasiado tranquilo, fue a buscarme, a Mérida y me propuso volver a ser reportero, en este caso, policial y de sucesos, por la noche y la madrugada en El Nacional. Se lo agradeceré toda la vida. Sus reportajes lo llevaron a meterse como preso en una cárcel, (creo que era el Retén de Catia) en un rancho de La Chernerca como habitante del célebre barrio caraqueño, y de mendigo por las calles de Caracas. Como reportero enderezó entuertos, puso al descubierto organizaciones delictivas, recorrió la frontera, entrevistó en exclusiva a Fidel Castro, dirigió la Radio Nacional de Venezuela. Inquieto y exigente como jefe y perfeccionista con la escritura…”

Freddy Omar Durán