Al igual que otras vías de San Cristóbal, la avenida principal de Paramillo, en la parte alta de San Cristóbal, padece la enfermedad crónica de los huecos, los cuales sencillamente se han convertido en los residentes permanentes de las calles,.
En este sector netamente comercial y de asentamiento de muchas empresas, buena parte de la vialidad está severamente comprometida por la variedad y gran cantidad de huecos.
Estos, además de representar un panorama poco alentador afectan severamente la movilidad, ya que por tratarse de una carretera de elevado tránsito, a diario suelen ocurrir varios trancones que condenan a los conductores a realizar tediosas esperas para llegar a sus hogares o trasladarse a sus labores cotidianas.
En el empalme de la avenida de Paramillo y Los Agustinos, al menos unos cinco metros de la carretera sufrió el hundimiento de la misma, lo cual fue solventado provisionalmente con relleno y escombros, lo que a la postre significó una solución temporal, no obstante eso se tradujo en mayores agravantes, toda vez que las rocas y sedimentos usados para nivelar la vía, se deslizaron por las aguas pluviales.
Actualmente y ante la gran cantidad de sedimentos que han rodado del agujero, la vía es prácticamente intransitable, lo que afecta a quienes circulan en ambos sentidos.
Precisamente en este tramo de carretera, igualmente se encuentran filtraciones de aguas, aparentemente de origen residual que aceleran el daño de la calzada.
Un tema que no pasa desapercibido en la zona, tiene que ver con el mal estado de las aceras, las cuales se han deteriorado de manera alarmante e y por los mismos daños, estas poco son usadas por los peatones.
Pablo Eduardo Rodríguez