Internacional
El dinero en efectivo tiene los días contados en las calles de Londres
5 de septiembre de 2018
Durante siglos, los artistas y vendedores callejeros de Londres subsistieron gracias a las monedas que les dejaban los viandantes. Pero con la desaparición progresiva del dinero en efectivo en la capital británica, no les quedó más remedio que adaptarse.
La cantante Charlotte Campbell lo entendió rápidamente: fue una de las primeras en equiparse de un lector de tarjetas bancarias sin contacto para recibir la voluntad de quienes la escuchan al pie del London Eye, la noria gigante instalada en la orilla sur del Támesis.
«La gente se ha acostumbrado a pagarlo todo con tarjeta», dice a la AFP esta mujer de 28 años tocada con una corona de flores artificiales. Así que «si la gente ya no lleva monedas, el arte callejero está en peligro de desaparición», agrega durante una soleada tarde de finales del verano londinense.
Ahora, entre 5% y 10% de sus ingresos ya no vienen de las monedas que la gente deja en la funda de su guitarra sino de los pagos realizados en el pequeño lector portátil de tarjetas que programó para cobrar 2 libras (2,22 euros o 2,58 dólares).
También en la iglesia
Las cifras del gobierno le dan la razón. Según un informe del departamento de Hacienda publicado este año, los pagos en efectivo en Reino Unido cayeron de 62% en 2006 a 40% en 2016. Y esta proporción debería llegar al 21% en 2026, según pronostica el informe.
El ministerio participa también alentando esta tendencia: desde enero prohíbe a los comerciantes que cobren gastos adicionales por pagar con tarjeta.
Otra muestra de que la desaparición de monedas y billetes avanza a pasos agigantados en la capital británica es que varios restaurantes de la City, el epicentro financiero del país, ya no los aceptan.
Incluso los vendedores de la revista The Big Issue, cuyos ingresos están destinados a ayudar a las personas desfavorecidas o sin hogar, también adoptaron los lectores de tarjetas sin contacto para hacer frente a los bolsillos vacíos de los viandantes.
Y en la iglesia Christ Church East Greenwich, en el sureste de Londres, aunque todavía se pasa un cepillo de madera durante la misa de los domingos, desde el año pasado la reverenda Margaret Cave también dispone de un lector sin contacto.
«El dinero se ingresa de forma segura en nuestra cuenta bancaria, nadie puede quedárselo, así que desde ese punto de vista es mejor que el dinero en efectivo», asegura.
«Guerra al efectivo»
Sin embargo, este fenómeno no es del agrado de todos.
«Una sociedad sin dinero en efectivo plantea problemas de tres tipos», dice el experto financiero Brett Scott, autor de una guía sobre las finanzas mundiales.
«Está por una parte la cuestión de la vigilancia: se puede saber todo lo que uno hace. También la de la exclusión financiera: alguien sin tarjeta puede quedar excluido del sistema. Y toda la cuestión de la ciberseguridad», enumera.
En su opinión, los bancos, las empresas de servicios de pago, el gobierno y las empresas de tecnología financiera están enzarzados desde hace dos décadas en «una guerra fría contra el dinero en efectivo» e intentan convencer a la opinión pública de que las monedas y los billetes son un inconveniente.
«Se puede entender un poco como una gentrificación del pago», considera este analista. «Intentan empujar toda forma de actividad informal o no institucional hacia un espacio numérico que las grandes instituciones puedan vigilar y utilizar», agrega.
Las personas sin hogar, los refugiados o quienes tienes dificultades para abrir una cuenta bancaria podrían verse excluidos de esta nueva economía, advierte.
Acontecimientos recientes parecen dar la razón a los detractores de esta excesiva dependencia de las tecnología de pago mediante tarjetas. En el mes de junio, 5,2 millones de transacciones con tarjeta Visa –de las cuales 2,4 millones fueron realizadas en Reino Unido– estuvieron bloqueadas durante varias horas, dejando desamparados a comerciantes y consumidores. AFP