Internacional
Histórica despenalización de la homosexualidad en India entre lágrimas de emoción
6 de septiembre de 2018
La comunidad LGBT en India celebraba este jueves, entre alegría y emoción, la despenalización de la homosexualidad por la Corte suprema de esta nación, la segunda más poblada del planeta, lo que constituye un histórico paso hacia la igualdad de los derechos de sus ciudadanos.
En todo este país del sur asiático de 1.250 millones de personas, grupos ataviados con colores arco iris rompieron a llorar y se abrazaron tras la lectura del dictamen de la más alta instancia judicial del país.
En el Lalit Hotel de Nueva Delhi, establecimiento de lujo propiedad de un conocido activista gay, los empleados celebraron la noticia en una sala realizando una coreografía de la canción «Scream & Shout» de will.i.am, constató una periodista de la AFP.
En decisión unánime, los cinco jueves de la Corte suprema consideraron inconstitucional un viejo artículo que condena las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.
Esta disposición «se había convertido en un arma de acoso contra la comunidad LGTB», declaró el presidente de la Corte suprema, Dipak Misra.
Según el código penal indio, que data de la era colonial británica, la homosexualidad podía ser castigada hasta con cadena perpetua. Pero, de hecho, las condenas por relación entre personas del mismo sexo eran rarísimas.
«¡Estoy atónito! Ha tardado en llegar, pero al fin puedo decir que soy libre y que tengo los mismos derechos que los demás» se entusiasmó Rama Vij, un estudiante de Calcutta, que se congregó con amigos para seguir la lectura del dictamen ante la televisión.
El artículo 377 de código penal, objeto de una larga batalla judicial en los últimos 20 años, prohibía «cualquier relación carnal contra el orden de la naturaleza».
Un panel de cinco jueces de la Corte suprema había escuchado en julio los argumentos de los demandantes homosexuales, entre ellos varias celebridades, quienes consideraban que este artículo era contrario a la Constitución india.
Durante los debates, el gobierno nacionalista indio de Narendra Modi, conservador en temas sociales, optó por no tomar una posición en este tema y dejó que la justicia decidiera sobre la despenalización de la homosexualidad.
India se convierte así en el 124º Estado del mundo en el que los actos homosexuales no son –o ya no son– criminalizados, según datos de la Asociación internacional de personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexos.
Un paso monumental
Aunque existe un entorno homosexual discreto en grandes ciudades de India como Delhi o Bombay, las relaciones sexuales entre hombres o entre mujeres siguen siendo muy mal vistas por la sociedad india.
Muchos indios, en especial en las zonas rurales donde reside el 70% de la población, consideran la homosexualidad como una enfermedad mental. Algunos la equiparan incluso con la zoofilia.
«Al abrogar la penalización de relaciones entre personas del mismo sexo (…), la Corte suprema da un paso monumental que resonará en todo el mundo», escribe en Twitter Meenakshi Ganguly, directora en Asia del sur de Human Rights Watch.
La despenalización de la homosexualidad fue pronunciada por primera vez en India en 2009 por la Alta Corte de Delhi, una decisión que fue saludada en todo el mundo. Sin embargo, en 2013, la situación se revierte: la Corte suprema invalidó esta decisión por cuestiones legalistas.
Esta vuelta atrás provocó gran desaliento entre los defensores de la despenalización, que lanzaron nuevos recursos judiciales.
La despenalización ordenada este jueves por esta misma Corte suprema era esperada por los observadores. En efecto, su jurisprudencia se inclinaba claramente en favor del reconocimiento de un tercer género para los transgénero y por el respeto a la vida privada.
«Es la primera etapa de la historia de muchos otros países que primero despenalizaron las relaciones homosexuales, y luego autorizaron las uniones civiles y después el matrimonio» homosexual, opinó en reciente entrevista a la AFP Keshav Suri, propietario del Lalit Hotel, y que figura entre los demandantes ante la Corte suprema.
«Es una larga batalla para llegar a la igualdad de los derechos, pero estoy seguro de que al final lo conseguiremos», había agregado. AFP