Regional
Cobrar efectivo en los bancos: una nueva profesión en la ciudad
13 de septiembre de 2018
Para cobrar efectivo en los bancos hay que tener tiempo, paciencia, motivación y por supuesto dinero en la cuenta, porque muy pocos disponen de alguno de esos tres elementos para perder casi todo un día en esos menesteres.
Los que gozan de su correspondiente jubilación al menos pueden disponer diariamente de 90 Bs.S o hasta 100 Bs.S pero lo que tienen en capital –y tal vez tiempo- no lo tienen en salud, expuesta a la lluvia, al sol, a la caminadera y al permanecer por horas de pie.
La presencia de jubilados atiborra las entidades bancarias; pero los que van “por lo del pasaje”, por apenas 10 Bs.S también se echan su aguantadita, mientras otros prefieren decir “paso”, a la espera de un mejor día –que parece no llegar nunca- de que no tengan que aguantar tanta cola incluso soportando la intemperie a las afueras del banco.
Y es que ir por el efectivo se ha convertido una profesión, si por ella entendemos “una ocupación que se ejerce a cambio de una retribución”, algo que se ajusta perfectamente al hecho de que el medio día invertido te sirve para cancelar servicios que solo pueden ser cancelados en efectivo, o que por punto de venta te pueden resultar mucho más costosos.
Una retribución relativa, si nos atenemos a las quejas que a diario se escuchan diariamente en las colas: que apenas lo que sacan los jubilados alcanza para unos pasajes y medio cartón de huevos, que ya a los vendedores informales les parece poca cosa los bolívares y prefieren los pesos y los dólares, que esos mismos vendedores informales se dan la bomba de rechazarte la denominación de los billetes, pues solo reciben la que sea comercializable en Cúcuta, etc. Todo esto hecho bajo la más absoluta impunidad, aunque no falte quien diga que en materia económica invocar el ejercicio de la ley no es más que un acto de ingenuidad.
Al calvario de ir tras el efectivo en los bancos, se incrementa si no vives en San Cristóbal. En ese caso, lo poco que la taquilla y el cajero automático –de estar tales activas y en línea- dispense se va en pagar viajes suburbanos cuyo monto varía de acuerdo a la generosidad del transportista, y su buena educación, y el ánimo con que haya amanecido ese día. A Pregonero por ejemplo están cobrando entre 20 Bs.S y 30 Bs.S, es decir: ¡la tercera parte de lo que a diario un jubilado puede obtener!
En comparación con el martes, la actividad bancaria del miércoles no fue tan saturada de gente; pero no por ello menos insufrible.
Freddy Omar Durán