Aunque todavía es una incertidumbre para la población lo que suceda en los próximos días con la gasolina, y el nuevo Sistema Biométrico aún no ha salido de su periodo de prueba, lo cierto es que las colas de la gasolina siguen siendo la constante en San Cristóbal.

Pareciera más los automóviles y las motocicletas estacionadas en las filas que los que circulan por las calles; todo envuelto en un ambiente de parálisis que no solo afecta al sector transporte sino a la ciudad en general.

Las muchedumbres a pie, van y vienen, con podría atreverse a decir con mucha más energía que el tráfico automotor. Entre los automovilistas la implementación de un sistema automático de despacho de combustible ha sido recibida con cierto escepticismo.

Este lunes la esperanza de los transportistas pudo más en ellos para soportar la cola que la realidad: gasolina no hay. Esta crítica situación que se ha vuelto endógena en los estados fronterizos y  ya poco a poco se incuba en los del interior del país, con el riesgo de que se extienda a todo el territorio nacional. Igualmente, ante un inminente aumento del precio de la gasolina, el nerviosismo se ha apoderado de muchos conductores. Esto ha traído como consecuencia que hasta envases lleven a las estaciones de servicio para guardar algo en sus casas, antes de que los altos costos les impida la adquisición del hidrocarburo.

De manera extraoficial, las estaciones de servicio reportaron que sencillamente el combustible no aparece por ninguna parte, y que de todas partes del Táchira, e incluso estados vecinos, los vehículos se han abocado para resolver sus carencias con negativos resultados.

Sin existir una declaración oficial acerca del desabastecimiento y su posible compensación a lo largo de esta semana, el sábado y el domingo la problemática no fue nada distinta de la de hoy lunes.

Freddy Omar Durán