EL HOMBRE no se rinde ni a los ángeles ni a la muerte, sino por el achaque de su propia voluntad, decía el pensador Lord Bacon de Verulan y para Jean Duché, solo la enfermedad (a veces) y la muerte (siempre) justifican la tristeza. Para lo demás siempre hay un medio de alegría…..SE NOS VIENEN estas reflexiones a la mente a la luz de los recientes acontecimientos en el Táchira, asfixiado por una falta de gasolina jamás vista en la última semana, seguido del ensayo del biopago a futuro cuando se anuncien los nuevos precios, así como las contínuas protestas por la falta de gas doméstico, sumados a las penosas colas en las entidades bancarias y en los cajeros automáticos y para redondear la sarta de calamidades, los planes de contingencia tanto para el aseo urbano como por la escasez del agua…..ESTA DESESPERANTE situación hace que haya muchas razones para la pérdida del buen humor, las horas de angustia, las crisis de ansiedad, los episodios depresivos que ensombrecen a las familias, rotas por la ausencia de muchos de sus seres queridos que prefirieron dejar el terruño y buscar a la aventura, nuevas oportunidades en el exterior……PRECISAMENTE este, el de la diáspora venezolana, será uno de los temas a tocarse en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, en donde al parecer la comunidad internacional muestra su preocupación por el éxodo de los nativos de estas tierras, cuyo fenómeno es visto por todos, menos por el gobierno que forma una algarabía porque retornaron unos 3 mil que se fueron, pero no dice nada de los dos millones 300 mil que han salido y que están pasando en buena parte el sufrimiento de todo emigrante para poder incorporarse a otras culturas, distintas costumbres, diferentes modos de enfrentar el día a día y de no convertirse en un ser incómodo y hasta insoportable…..DE AHÍ QUE LOS que nos quedamos tenemos el deber de levantar nuestras almas, enfrentar las vicisitudes y sonreírle a la vida como don inapreciado, a pesar de la multiplicación de tantos problemas en lo interno…..ES CIERTO que los momentos de alegría de otrora, se han reducido alarmantemente. Los programas de diversión y de sana distracción de las familias, y hasta los espacios alegres en los espacios televisivos, en los shows de los cómicos en el teatro, ya casi no están, fomentando el mal humor colectivo que parece condenarnos y hasta entregarnos a ostentar rostros amargos, caras largas, ánimos desinflados…..NO HAY DERECHO, pues ante estas realidades, es imperante sacar fuerzas de flaqueza, levantarnos cada mañana bañados de optimismo y esperar que haya el cambio necesario para poder darle un objetivo a la vida, una razón de ser a nuestra existencia, la que tanto amamos y por la que luchamos para ser felices.
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Y ESTO, es todo por hoy.
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MENTIRAS Universales:
“En la próxima cena navideña reuniré a toda mi familia”.
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DIOS, los bendiga, ¿Saben?
VICTOR MATOS