Michael azota este miércoles la costa noroeste de Florida como un huracán de gran intensidad, con vientos de categoría 4, que podría dejar daños «increíblemente catastróficos».
Los meteorólogos esperan fuertes vientos y una devastadora marejada cuando Michael toque la franja noroeste de Florida, que por su geografía es conocida como el «panhandle» en inglés y que se extiende a lo largo del Golfo de México.
«Se espera que el huracán Michael sea la tormenta más destructiva que azota el ‘panhandle’ de Florida en un siglo», dijo el gobernador Rick Scott. «A lo largo de nuestra costa, las comunidades verán una devastación inimaginable».
«El Centro Nacional de Huracanes (NHC) espera una marejada de entre 9 y 13 pies (2,7 a 3,6 metros)», añadió. «El agua llegará varias millas tierra adentro y podría fácilmente alcanzar los techos de las casas».
Cientos de miles de personas recibieron entre el lunes y el martes órdenes de evacuación obligatoria, pero el gobernador dijo el miércoles a los residentes que aquellos que ya no se fueron deben quedarse en sus casas porque ya es muy tarde.
«El momento de evacuar las zonas costeras ya pasó. Refúgiense y sean cuidadosos», añadió. «No salgan en medio de esto. No lo sobrevivirán, es mortal».
Unas 30.000 personas ya habían perdido el servicio eléctrico hacia media jornada, a medida que la tormenta se aproximaba a la costa.
Michael llega con vientos máximos sostenidos de 230 Km por hora, es decir categoría 4 de un máximo de 5 en la escala Saffir-Simpson, informó el NHC. La tormenta podría fortalecerse aún más antes de que su ojo llegue al «panhandle» en la tarde, añadió.
Un huracán histórico
A las 15H00 GMT, el ojo de Michael estaba 95 Km al suroeste de Panama City y se movía hacia el noreste a 22 Km por hora, dijo el NHC.
«Desafortunadamente, esta es una situación histórica e increíblemente peligrosa», dijo el director del NHC, Ken Graham. «Será increíblemente catastrófica».
Brock Long, el jefe la agencia federal de emergencias FEMA, dijo que muchos edificios en Florida no están construidos para resistir una tormenta con vientos por encima de la categoría 3.
Los residentes del estado vecino de Georgia también esperan un fuerte impacto de la tormenta. «Los ciudadanos en Georgia necesitan despertar y prestar atención», dijo Long.
Mike Thomas, alcalde de la ciudad de Panama City Beach, un balneario al oeste de Panama City, dijo que teme que habrá víctimas pero que el personal de emergencia no saldrá a hacer rescates si los vientos superan los 80 Km/hora.
«Será horrible», dijo Thomas a CNN. «Tendremos personas heridas», aseguró.
Se estima que unas 375.000 personas de más de 20 condados recibieron órdenes de evacuación, obligatoria o voluntaria.
«Prepararse para un huracán es mentalmente agotador», dijo a la AFP Caitlin Staniec, una gerente inmobiliaria de 28 años que aguardaba la tormenta en un hotel en la capital, Tallahassee, que también será directamente impactada por Michael.
«No tengo miedo pero soy cautelosa», añadió, aliviada de saber que el hotel donde se alberga tiene generador eléctrico. «Cuando eres niña, (un huracán) es divertido y emocionante, pero como adulta te tienes que preparar».
El Centro Meteorológico Nacional (NWS) informó que no hay registro de que otros huracanes de categoría 4 hayan golpeado antes la costa noroeste de Florida.
«Esto no ha ocurrido nunca antes», escribió el NWS en Twitter.
El presidente Donald Trump declaró el estado de emergencia para Florida que permitió liberar medios materiales suplementarios y fondos federales.
FEMA tiene más de 3.000 personas en el terreno, mientras el gobernador Scott dijo que había activado a 3.500 guardias nacionales.
En los estados de Georgia y Alabama se emitieron declaraciones de emergencia.
Después de Florida, Michael podría tocar «partes de Georgia y, lamentablemente, otra vez Carolina del Norte y del Sur», ya golpeadas por Florence hace un mes, señaló Trump. Florence causó unos 40 muertos y miles de millones de dólares en daños.
El año pasado, una serie de huracanes catastróficos azotó el Atlántico occidental. Los más arrasadores fueron Harvey en Texas, Irma en el Caribe y Florida, y María, que azotó el Caribe y dejó casi 3.000 muertos en el territorio estadounidense de Puerto Rico. La temporada de huracanes del Atlántico termina el 30 de noviembre. AFP