Pese a tratarse de un lugar céntrico y en el que se realizan actos de corte patriótico, la plaza Bolívar carece del mantenimiento adecuado, pues en este espacio es recurrente apreciar grandes cantidades de basura, mendigos y menesterosos que se han dado a la tarea de prácticamente vivir en este sitio icónico de la capital tachirense.
En torno a la plaza, es fácil apreciar que la misma fue convertida en un ¨mercadillo¨ donde conviven muchos vicios e ilícitos, ya que es de pleno conocimiento que el consumo y venta de estupefacientes es recurrente y una práctica que las autoridades policiales no atacan con contundencia.
En las pocas áreas verdes existentes, al igual que aceras y pasillos de la plaza, suelen reposar grandes cantidades de basura, pues estas son lanzadas en esos espacios por comerciantes informales y hasta formales, quienes no respetan los horarios inter diarios para la recolección del aseo urbano y optan por dejarla en el espacio público.
La permanencia de basura en este sitio, es uno de los graves problemas que las autoridades de la alcaldía de San Cristóbal no han podido solucionar, ya que en torno a ésta laboran personalidades en la informalidad y a quienes se les atribuye en buen porcentaje, este caos.
Como si fuera poco, en los horarios nocturnos la plaza es prácticamente invadida por gran cantidad de mendigos, quienes además de defecar en las áreas verdes y caminerías, consumen drogas, por lo cual la zona es altamente peligrosa para los peatones.
Vendedores informales que se han asentado en este sitio, no muestran ningún tipo de respeto y laboran sin importarles que se trata de un sitio dedicado a honrar la memoria del Padre de la Patria.
Aunque hace escasamente año y medio que la plazoleta fue remodelada, ya la misma no posee alumbrado público, en buena medida porque se han quemado casi todas las bombillas y por los mismos actos de vandalismo, lo que ha dejado en precario estado el servicio de alumbrado público.
El uso indiscriminado del espacio público por parte de miembros de la economía informal, es indudablemente el mayor detonante del caos en esta glorieta, que es casi la más importante, no sólo por su ubicación, sino por el significado patriótico que representa.
Pablo Eduardo Rodríguez