Regional
Hoy deben reanudar actividades casas de cambio de la frontera
12 de octubre de 2017
San Antonio.- Para este jueves -12 de octubre- está previsto que reanuden la actividad de compraventa de divisas las casas de cambio en el departamento Norte de Santander, aunque durante los ocho días de cese de actividades, que se cumplieron el miércoles, abundaron en la calle los cambistas informales que compraban y vendían bolívares, pesos y dólares, al precio que más les convenía.
En un acción de protesta contra las regulaciones establecidas por el Gobierno colombiano, cambistas de La Parada y Cúcuta, Norte de Santander, cerraron por ocho días las casas de cambio, dejando sin el servicio de compraventa de monedas a los centenares de venezolanos y viajeros que diariamente atraviesan la frontera colombo-venezolana, y dando pie para que tomara mayor fuerza la informalidad que ya existe en la actividad cambiaria en la zona.
Con las agencias de cambio de la frontera colombiana cerradas, proliferaron los cambistas informales, que compraban y vendían al precio que mejor convenía, bolívares, pesos y otras divisas. Incluso en el extremo venezolano del puente internacional Simón Bolívar se podían encontrar personas que, con bolsos llenos de billetes, ofrecían a los transeúntes cambiar pesos por bolívares, o viceversa, a diferentes tasas.
Mientras tanto, en la localidad de La Parada, aunque las agencias lucían cerradas, a las afueras se ubicaban personas que compraban y vendían bolívares y pesos. Algunas casas de cambio tenían la “santamaría” levantada a medias, ya que el personal efectuaba labores de mantenimiento, seguramente con la intención de reanudar actividades este jueves.
Los cambistas informales de monedas cotizaban el bolívar a distintos precios. Algunos compraban a 0,14 pesos y vendían 0,17, mientras que otros compraban a 0,15 y vendían a 0,18 pesos por bolívar, si el cliente quería billetes del nuevo cono monetario.
Seguramente, los más perjudicados con el denominado “cese de actividades” de las casas de cambio de La Parada y Cúcuta fueron los compradores y viajeros venezolanos, quienes tuvieron que cambiar su moneda a bajo precio, corriendo además los riesgos que implica hacer la conversión en plena calle con cambistas informales. Precisamente, por el temor a ser engañadas, robadas o recibir billetes falsos, muchas personas se abstuvieron de cambiar dinero en la calle, pese a que tenían la necesidad.
José Gregorio Hernández