Debo resaltar lo que ocurrió en mi pueblo bonito. Ana Cecilia Munera y su familia, acompañados de personas de altísima calidad humana, gestionaron la presencia de un grupo de médicos pediatras en Pregonero. Una actividad social que sirvió para que estos galenos atendieran a más de 250 niños en las instalaciones del Grupo Escolar “Sánchez Carrero”. Lo importante de este evento maravilloso es el ejemplo de gestión de nuestros paisanos en procura de la tranquilidad y la salud de la población infantil uribantina. Algo tiene el agua cuando la bendicen, chácaros del alma.
Melquiades comenta que está muy orgulloso de nuestros gobernantes criollos. -Fíjate, sobrino. A Correa, Cristina, Lula y Dilma, Alan, Humala, Gente de Bolivia, Toledo y a otros pajarracos de la región los están buscando por lo de Odebrecht. Por aquí no se asoman acusando a nadie. Parece que los invitan a dar ejemplo de pulcritud en esos países.
-Una cosa es que una mujer no quiera a un hombre y otra, gravisisisísima, es que esa dama lo aborrezca y desprecie, dice Cosme. -Y, eso, compadre?, pregunta Pulqueria, extrañada por esta sentencia del viejo de los zapatos vulcanizados. –Eso es lo que está ocurriendo con la gente del gobierno en la Universidad de Carabobo, comadre. –Quieren que los estudiantes los quieran por las malas y de esa manera solo se ganan el odio de todo el país. –Calla, tú, metiche.
En una pancarta que mostraron los maestros jubilados en su protesta frente al Ministerio de Educación, invitaban a Aristóbulo a acompañarlos a hacer un mercado con los sueldos de hambre que reciben. –Ya no cabes en la ropa, le gritaba una señora de avanzada edad al otrora sindicalista magisterial. Un anciano mostraba unos récipes médicos y decía que la sonrisa del ministro se convirtió en una mueca repugnante y desagradable cuando manda a los maestros a luchar en los comercios para que bajen los precios. Uff.
Nos unimos a la celebración del noveno aniversario de la Fundación Cultural Bordes. Gran esfuerzo deFannia y Oto para mantener vigente la vorágine en que se desarrolla la cosa intelectual en nuestra región.
Confórmense con una casita en el pueblo. Dos camioneticas. Una finquita. Unos dolaritos para viajar con la familia. Buena comida y kerosene suficiente para un traguito semanal. No tienen el concepto de saciedad estos degenerados, quienes nos demostraron que sus ideas de redención popular solo las practicaban cuando eran muertos de hambre. Aflojen la mandíbula un tris para que millones coman.
Mi tío Melquiades le pregunta a Cosme. –Epa, compadre. Usted sabe qué implica la palabra reverberancia? –Cónfiro, compadre. No sé ni qué significa la palabra implica, masculla el viejo…
Carlos Orozco Carrero