Regional

CRÓNICA: El ambiente resiente cada bolsa en la calle

4 de diciembre de 2018

579 vistas

Solo 17% de lo que bota el tachirense es desecho o descartable. Las montañas de basura podrían ser hasta 83% más pequeñas si todos reducen, reutilizan y reciclan

 

 

Basura es el único encuadre que tiene Belkys García desde el puesto de paredes de vidrio donde trabaja. Ahora cuenta mes y medio viendo crecer las dimensiones de esa montaña de bolsas negras, azules y blancas que se desborda de la isla en plena avenida 19 de Abril. Por allí, dice ella, muchos botan y nadie recoge.

Esta que acompaña los días de Belkys tal vez sea una de las acumulaciones de residuos y desechos sólidos más cercanas a la sede de la Alcaldía de San Cristóbal, responsable de su recolección. Pero los focos de contaminación ambiental se han multiplicado como las ronchas a un enfermo de lechina.

Los hay pequeños pero consecutivos en Pueblo Nuevo. En continua expansión por Los Teques o Santa Teresa. De dimensiones que rozan lo monumental en una intersección de la Rotaria. Y el caso de Palo Gordo merece capítulo aparte. Si de Mérida dicen que es una universidad con una ciudad por dentro, de su vecina San Cristóbal alguien que la recorra de El Chimborazo al Torbes podría inferir que por estos días se volvió un botadero a cielo abierto con una ciudad por dentro.

Son días, por cierto, en los que las ciudades se visten de luces, árboles navideños y adornos. Pero Belkys lo que ha visto es a la misma gente agrandando ese árbol de bolsas y cajas. Ya la empleada hasta se siente capaz de reconocer algunos carros que se detienen allí con cierta frecuencia.

Esos conductores, sabiéndolo o ignorándolo, están contribuyendo al cambio climático. Cada botadero de basura en la calle es un potencial hervidero de dióxido de carbono, uno de los gases de efecto invernadero que hacen que la atmósfera retenga más calor y así aumente la temperatura del planeta.

Pero si además otros queman la basura, como sucedía este lunes en la mañana en un tramo de la Quinta Avenida del centro, están generando el desprendimiento de metano, otro gas de efecto invernadero 21 veces más dañino para el ambiente que el dióxido de carbono.

Sucede, aunque no se vea, en una ciudad donde la mayoría del transporte público urbano dejó de prestar servicio y donde en consecuencia los peatones, que ahora son más, ejercen su movilidad pisando esa basura y esquivando a los zamuros; la nueva fauna urbana que esta emergencia ambiental ha incorporado al espacio público.

La gente puede hacer más

Imagine que cada sancristobalense cargara a cuestas entre 1,2 y 1,5 kilos de peso todo el tiempo. Esa es, aproximadamente, la cantidad diaria de generación de residuos y desechos sólidos por persona en la ciudad (según investigaciones de la UNET) y el país (de acuerdo con el Banco Mundial), respectivamente.

Los residuos y desechos sólidos que se generan diariamente en todo el estado Táchira (kilo y medio por persona, en promedio) equivalen a que anualmente se llenen de basura, hipotéticamente hablando, siete estadios del tamaño del Polideportivo de Pueblo Nuevo. Así lo compara la Guía para Multiplicadores Acción 3R (CISP y UNET, 2015).

Podría ser una “carga menor” a cuestas para todos. Belkys incluso podría no ver ni tener que reconocer a quienes hicieron costumbre botar la basura frente a su sitio de trabajo, si la gente aplicara esas 3R en su vida cotidiana.

Reducir, lo primero, implica disminuir la generación de residuos que contaminen el ambiente: antes de comprar, piense si el envoltorio del producto, o el pitillo que dan en el restaurante, o la bolsa del mercado, o la bandeja de la charcutería, son estrictamente necesarios. Si envía menos bolsas de basura al vertedero, ese espacio le servirá más tiempo.

Reutilizar, lo segundo, se trata de alargar la vida útil de un producto antes de tirarlo o de sustituirlo por uno nuevo: una botella de plástico bien puede ser un matero, o una hoja de papel puede ser empleada por el reverso o se puede reescribir sobre ella. ¿Botó un envase de plástico que usó un rato bebiendo agua? Piense que demorará de 100 a 1.000 años en degradarse.

Reciclar, lo tercero, se basa en tratar los desechos con el fin de obtener nuevos productos: para lograrlo hace falta contagiar la cultura de separación de los residuos desde el origen; vidrio, cartón, papel, plástico y metal, que suelen compran las empresas recuperadoras. Cada botella de plástico que recicle ahorra suficiente energía para encender un bombillo por seis horas.

¿Realmente esto ayuda? Un estudio del CISP y la UNET comprobó que sí: caracterizaron la basura de la Mancomunidad de la Zona Norte y determinaron que solo 17% de lo que la gente bota es desecho, o dicho de otro modo, es realmente descartable. Pero el 44% de esa mezcla de basura es residuo, lo que significa que se puede aprovechar para otra cosa, mientras que el otro 39% puede ser compostable, o aprovechable para la producción de abono orgánico.

Si se extrapolan esos resultados a San Cristóbal, la montaña de basura que Belkys García tiene como encuadre urbano podría ser una colina hasta 83% más pequeña. Para que eso sea así, cada generador de kilo y medio de desechos y residuos sólidos diarios tendría que comprometerse con la reducción, la reutilización y el reciclaje. ¿Quién levanta la mano primero?

Daniel Pabón

¡Quieres recibir el periódico en la puerta de tu negocio!

1 Mes

  • 3 Ejemplares semanales
  • Entrega gratis (Delivery)
  • Aviso impreso 2×5
  • Descuento del 5% en publicidad Digital
  • Osequio de Instagram
    1 Post 1 historia

Mensual
54.000 Cop

Pago único

Suscribirse

3 meses

  • 3 Ejemplares semanales
  • Entrega gratis (Delivery)
  • Aviso impreso 2×5
  • Descuento del 10% en publicidad Digital
  • Osequio de Instagram
    1 Post + 1 historia
  • Descuento del 5%

Mensual
51.300 Cop

Pago único

Suscribirse

6 meses

  • 3 Ejemplares semanales
  • Entrega gratis (Delivery)
  • Aviso impreso 2×5
  • Descuento del 20% en publicidad Digital
  • Osequio de Instagram
    2 Post + 1 historia
  • Descuento del 5%

Mensual
48.600 Cop

Pago único

Suscribirse