Desde el momento en que el ciudadano tuvo la convicción de que estamos en presencia de una dictadura cívico-militar, de izquierda radical, que tiene el propósito de la implantación del modelo comunista, supo que la lucha sería más dura y su escenario natural la calle, en donde se logran y conquistan los derechos y se levanta la bandera de la libertad y la democracia. Los eventos electorales que hemos vivido y viviremos mañana son eventos electorales, pero no califica al régimen como democrático. La democracia no es solo elecciones.
La elección de los Diputados a la AN sirvió para demostrar lo que antes no se había podido demostrar, es el hecho de ser la sociedad democrática y opositora mayoría. La única forma real de demostrarlo es contándose y derrotando a los comunistas. No entraré a debatir sobre el desempeño de la AN, pero sí es indispensable poner un acento en la legitimidad de ese poder público frente a la ilegitimidad del Poder Ejecutivo y la inconstitucional ANC, considerando que la comunidad internacional no reconoce a la ANC ni sus decisiones. Cosa contraria sucede con las decisiones que toma la AN al designar los magistrados del TSJ, ahora en el exilio, y que ayer se constituyeron reconocidos por la comunidad internacional, teniendo por sede precisamente la sede de la OEA. Para la comunidad internacional ya serían dos poderes públicos reconocidos como legítimos, AN y TS.
Salvo un monumental fraude adicional a todos los fraudes hechos por el CNE para evitar que la oposición gane la mayoría de gobernaciones, se da por descontado que derivado de la diferencia abismal entre la oposición y el chavimadurismo, las elecciones serán para los opositores.
Surgen preguntas en los ciudadanos tales como: ¿con esta elección no sale Maduro?, no, no sale. ¿Se legitima la ANC? No, no se legitima la ANC, es como si dijésemos que con la elección de estas regionales, se legitima Maduro. La ANC no puede ser legitimada por ninguna vía, fue ilegal e inconstitucionalmente convocada y electa. ¿No les darán plata para que gobiernen? Los actuales gobernadores tampoco la tienen, o tienen escasez de recursos que les impiden desarrollar proyectos propios de mediano alcance, recordemos que este gobierno revolucionario es un modelo centralista y presidencialista. ¿Para qué servirán entonces estos gobernadores? No puedo responder por ellos, pero ganar la mayoría de gobernaciones sirve en principio para contar con un liderazgo intermedio legitimado frente a un presidente que perdió su legitimidad; si se produce una implosión del gobierno central por una junta de transición, obligatoriamente tiene que contar con el liderazgo legitimado de los gobernadores, con ello la anarquía y el mayor caos se evita.
Los gobernadores electos no pueden por ningún concepto aceptar ser juramentados por la inconstitucional ANC, si lo hacen, Maduro habría ganado en este proceso aun y cuando pierda las elecciones.
Los gobernadores deben levantar una línea de presión sobre el poder hegemónico central y presidencialista, organizando la sociedad para concretar la movilidad social en búsqueda de solución a los problemas más urgentes de la sociedad y que obliguen al gobierno a rectificar y a entregar competencias a los estados. Los gobernadores deben promover las nuevas instancias democráticas de participación social para desplazar a las creadas por la revolución y con ello, organizados desde la base, impulsar ordenada y organizadamente la salida y caída del régimen. Es hora de que las regiones en el marco de esta lucha por retornar a una república civil y democrática, luche por la autonomía de las regiones, para evitar pasar por la historia conocida de modelos centralizados que fracasan por los federales descentralizados y, con ello, la solución de fondo, un nuevo estado democrático.
(Carlos Casanova)