Por ser este martes 15 de enero el Día del Educador, la contratación colectiva de los maestros estadales del Táchira contempla, por citar un ejemplo, que deben recibir una prima del 1% del salario básico. En el papel, una compensación en un día de efeméride. En la práctica, ¿para qué alcanzan hoy 45 bolívares en el contexto hiperinflacionario de Venezuela?
Este Día del Maestro llega antecedido por una semana entera de manifestaciones pacíficas de docentes no solo en San Cristóbal, sino en pueblos del interior del estado y hasta en la primera etapa de la Vuelta al Táchira. En todas han salido a relucir ambos conceptos: la contratación colectiva, pues los sindicatos aseguran que el Gobierno prácticamente las olvidó luego de la reconversión monetaria; y la hiperinflación, pues los educadores de base afirman que los bajos sueldos no les alcanzan para vivir. Y, según las distancias, a veces ni siquiera para trasladarse todo el mes a la escuela.
“Mi primera quincena de enero es de 2.600 bolívares, ¿qué hago con eso?”, decía el jueves de la semana pasada uno de quienes salió a protestar de manera pacífica en Rubio, ciudad semillero de pedagogos. En San Cristóbal, capital con otras tres universidades que forman educadores, el vocero de la coalición sindical José Torrevilla indicó que recién solo han recibido “paños de agua tibia”, como bonos de 700 y 1.000 bolívares. “Exigimos se respete la convención colectiva firmada en abril de 2017, en la cual están contemplados beneficios que no se han cumplido”.
Una resma de renuncias
El panorama hace poco atractivo el ejercicio de la función docente, por lo menos en las aulas del Táchira. 254 docentes fijos y otros 202 en calidad de contratados renunciaron durante todo el año 2018 a la Dirección de Educación del estado. En total, 456 cartas, casi una resma del papel que escasea, llegaron al despacho de la avenida 19 de Abril. Otra fue la práctica de un tercer grupo de 77 docentes estadales que, en el año pasado, sencillamente abandonaron el cargo.
Como toda renuncia de un titular implica la apertura de un concurso para su sustitución, hasta ahora la Dirección de Educación ha solventado el éxodo con contratos. Diciembre, de hecho, cerró con 1.262 maestros en nómina con esta condición temporal dispersos en las 372 unidades educativas estadales.
“Las renuncias se han venido cubriendo con contratos y con docentes que estaban en coordinaciones”, confirma el director de Educación del estado, Enrique Noguera. Los abandonos de cargo, por el contrario, sí implican un proceso administrativo que pudiera tornarse largo.
Está previsto que esos nuevos concursos de titularidad sean en el primer trimestre de 2019 pero, ¿cómo incentivar la participación? El detalle, responde Noguera, es que el Gobierno nacional homologó los contratos municipales, estadales y nacionales y prácticamente los abolió. Al final de cuentas, y aunque existan compromisos contractuales entre, por ejemplo, Gobernación y docentes, y aunque se envíen a Caracas maquetas mensuales con los requerimientos, todos los recursos de la educación pública salen de la estatal Oficina Nacional de Presupuesto. ¿Qué contempla la planificación del año que comienza?
Opacidad en recursos
El Presupuesto de la Nación para el ejercicio económico del año 2019 asciende a un billón 529 mil 780 millones de bolívares y, aunque se desconocen los detalles, destina 13 % de ese total al sector educación, ciencia y tecnología, según reveló el Ejecutivo de forma general en octubre pasado.
El presupuesto educativo debe cubrir los costos de contratación del todo el personal del Ministerio de Educación, incluyendo los entes desconcentrados que, para quien no está familiarizado con el sistema, son las zonas educativas y los distritos o municipios escolares, ilustran documentos del Observatorio Educativo de Venezuela.
Mientras el Gobierno nacional lo cataloga como una palanca de desarrollo y protección al pueblo, economistas y gremios han dicho que, dentro de lo poco que se conoce del presupuesto, resulta deficitario en comparación con las necesidades económicas de un país en crisis.
También a escala regional el presupuesto se avizora “muy deficitario”, observa, por su parte, el director Noguera. La devaluación monetaria, dicen, vuelve “sal y agua” las cuentas que se planifican. “Siempre, sin embargo, estamos en la búsqueda de dignificar la profesión docente”. A pesar de bonos que al cálculo contractual se traducen hoy en 45 bolívares, en las aulas del Táchira son miles quienes este 15 de enero siguen honrando con su vocación y profesionalismo el Día del Maestro frente a 240 mil niños y jóvenes del estado.
Daniel Pabón
Por qué un 15 de enero
La efeméride fue decretada por un sancristobalense, el expresidente Isaías Medina Angarita, en reconocimiento a las luchas iniciadas por los maestros venezolanos el 15 de enero de 1932, cuando en plena dictadura gomecista un grupo de maestros conformó una asociación para defender sus derechos laborales y mejorar la educación en Venezuela, apunta un informe de LUZ. En 1952 se cambió la celebración para el 29 de noviembre, por el natalicio de Andrés Bello, pero desde 1959 fue retomada la fecha inicial.