“¿Médico o torero?”. Sin anestesia, palabras santas de su progenitora Omaira a su hijo Antonio Suárez, cuando ya graduado de bachiller, le preguntó que iba a ser de su futuro.
Diez años después, “Tuto”, como cariñosamente lo llama su familia, ya se graduó de Médico Cirujano, a punto de recibir el doctorado como Otorrinolaringólogo; y, este sábado, con todo el salero de la fiesta brava se convertirá en flamante Matador de Toros.
Un hecho histórico en los anales de la Feria Internacional de San Sebastián. La terquedad, la ilusión, el sueño, el querer emular a las grandes figuras de la torería mundial, se hará realidad para el joven galeno y novillero Antonio Suárez Bernal.
La fe mueve montañas, con mayor razón cuando se quiere alcanzar una meta, y en el caso del hijo del también profesional de la medicina y empresario taurino Amenodoro Suárez Suárez y la docente Omaira Bernal, es por partida doble, pues este 26 de enero, cuando las manecillas del reloj de la Plaza Monumental de Toros de Pueblo Nuevo esté marcando las 4 y 30 de la tarde, el Táchira, Venezuela y el mundo taurino tendrán un nuevo matador de toros: Antonio Suárez Bernal.
Un largo camino ha tenido que recorrer el futuro diestro tachirense, primero atravesó el gran charco, se fue hasta España, la cuna del toreo mundial en busca de probar suerte, hacerse torero profesional, con la obligación previa de cumplir una exigente campaña novilleril.
Por más de tres años Antonio Suárez, ya graduado de médico, se mostró ante la exigente afición y crítica de la “Madre Patria”, dejando plasmada en cada tarde sus buenas hechuras con la capa y la muleta, que lo llevó a torear por las principales plazas ibéricas. Más de un medio centenar de orejas cortadas, aunado a rabos y salidas a hombros fueron los premios recibidos por el coleta tachirense en su paso por cosos españoles.
No pudo cumplir con su anhelo de ser torero, recibir el doctorado en España; la parte económica principalmente lo privó de esta premisa, regresó a su lar nativo, otra tarea pendiente lo esperaba en las aulas de la universidad: el posgrado en otorrinolaringología, hecho que ya había cumplido su hermano Miguel, quien también es un aficionado taurino hasta el tuétano.
Jamás perdió el sueño de ser torero, en su mente seguía rondando esa ilusión, premisa que compartía con la exigencia del posgrado. En los pocos ratos y libres y fines de semanas se iba al campo, a fincas de amigos, donde hacía tentaderos para mantenerse activo, todo con el firme propósito de algún día, más temprano que tarde, decirle al mundo que el toro no le exige cédula a quien se para frente a él para lidiarlo.
Cartel con sentimiento tachirense
El gran día de Antonio Suárez Bernal está muy cerca, el sábado 26 de enero, en el redondel de la Plaza Monumental de Pueblo Nuevo, con el testimonio de sus coterráneos, recibirá el título de Matador de Toros, fungiendo de padrino Julio Benítez, hijo del legendario Manuel Benítez “El Corodobés” y como testigo Jesús Enrique Colombo.
Una tarde de puro sentimiento tachirense, con la presencia de dos hijos nacidos en esta tierra, quien recibe el doctorado y el testigo, aunado a reses de este suelo, de Rancho Grande, toros del empresario taribense Hugo Domingo Molina, padre de la Feria Internacional de San Sebastián.
Jesús Colombo, matador de toros y empresario, padre de Jesús Enrique, confesó a Diario la Nación que por primera vez en el marco de la Fiss, un torero del patio es testigo de otro hijo de esta región en una ceremonia de alternativa, algo que marcará un hito en el historial del magno evento taurino del Táchira y el país.
Para quienes siguen los pasos de Jesús Enrique Colombo, ahora mismo viene de triunfar en la emblemática y añeja Feria de Cali, el corte de dos orejas en el festival del 29 de diciembre y la conquista de un apéndice en la corrida del 31 del mismo mes, enfrentando a bravas reses de Mondoñedo.
El 3 de enero, ya en la temporada 2019, el joven diestro taribense logró un apoteósico triunfo en la Feria de Duitama, departamento de Boyacá, el indulto de un toro del hierro de Manzanal, luego de cortarle las dos orejas y el rabo.
Después de torear en la Fiss el venidero sábado, volverá a Colombia, para presentarse en la feria de Lenguazaque, departamento de Cundinamarca, cerca a Bogotá, con la seguridad que saldrá por la puerta grande, tal como lo ha hecho en otras plazas de la nación neogranadina.
De Colombia, Jesús Enrique regresará a Mérida, para presentarse el 1 y 4 de marzo en el marco del Carnaval Taurino de América, la Feria del Sol.
Homero Duarte Corona