“Una poderosa fuerza se levantó y comenzó a imprimirle ritmo y dirección a un proceso, y no habrá fuerza capaz de detenerlo, porque se alimenta de la energía maravillosa que genera la conciencia de un pueblo”.
Hugo Rafael Chávez Frías (Palacio de Miraflores, 31 de marzo de 2006)
La decisión 260 ratificada por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) viene a refrendar el Estado de Derecho de nuestro país y a recordarle a los poderes constituidos,en especial a la Asamblea Nacional (AN), las atribuciones que le corresponden de acuerdo a la Constitución de 1999 de la República Bolivariana de Venezuela.
Muchas son las actuaciones que el Poder Legislativo ha querido atribuirse desde el mismo momento de ser proclamado por el Poder Electoral (CNE) como la nueva Asamblea Nacional, el 6 de diciembre de 2015.
Desde sus inicios con su presidente Henry Ramos Allup se observó su desacato -por encima de los demás poderes de nuestro país – en especial por sus destemplados ataques y amenazas contra el Poder Ejecutivo, representado por el Presidente de la República Nicolás Maduro Moros y contra las atribuciones y funciones del Primer Mandatario Nacional y Comandante en Jefe de las FANB, garantizadas por el mandato constitucional y por el pueblo soberano de Venezuela.
En nuestro país desde la llegada del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías al poder en diciembre de 1998, quien juró sobre “la moribunda” Constitución de 1961 – cumplir y hacer cumplir las leyes en el marco de un Proceso Constituyente – la historia cambió para siempre bajo los parámetros de una nueva democracia participativa y protagónica.
Desde el mismo momento de iniciarse el proceso revolucionario en Venezuela, los diablos se desataron y la oposición cipaya y genuflexa al imperialismo norteamericano, ha recurrido a sesudos intelectuales para invocar hasta el infierno de Dante Alighieri y compararlo con la Revolución Bolivariana.
Son variados los intentos y los desaforados esfuerzos realizados por el neoliberalismo y el capitalismo desgastado de Venezuela para acabar con la Revolución Bolivariana.
La encarnada y vergonzante oposición que ha venido de fracaso en fracaso,se ha desgastado ante los ojos impávidos de su militancia y sus mentores del Departamento de Estado norteamericano, sus vasallos europeos y los perritos falderos del Cartel de Lima,para sucumbir en su intento por acabarcon la Revolución.
Las esperanzas se desvanecieron desde el pasado 10 de enero, cuando el Presidente Nicolás Maduro – reelecto para su nuevo período 2019- 2025 – juró ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) seguir al frente del Proyecto Bolivariano y hacer realidad el Plan de la Patria.
Desde Washington los enemigos liderados por Marcos Rubio y sus tentáculos desde Miami, Madrid, Bogotá y el “Cartel de Lima”; hoy agotan sus libretos. Ahora se escuchan nuevas voces agoreras desde Brasil conJair Bolsonaro y desde Argentina conMauricio Macri, todos ellos al margen de los pueblos de la Patria Grande quienes invocan la espada de Bolívar.
Los enemigos de Venezuela sólo han logrado fortalecer la gesta de la Angostura de 1819 con el sueño de Miranda y de Bolívar de la Gran Colombia. Mientras tanto, Iván Duque desde la Nueva Granada anhela a los héroes de la Gran Manzana o de“Ciudad Gótica” como sus legítimos libertadores,bajo el escudo protectordel Capitán América y la mirada perniciosa de la “Estatua de la libertad”.
Muy lejos quedó “El Uribito” de seguir los pasos de su antecesor – el expresidente Juan Manuel Santos – para conseguir otro “Premio Nobel de La Paz”. Sólo se oyen los tambores de la guerra invocados por Álvaro Uribe,para que los frentes guerrilleros (Farc- ELN) retornen a la guerra en las montañas del Putumayo o en las áridas tierras de la Guajira colombiana.
Mientras todo ello ocurre,más allá de nuestra frontera de más de 2019 kilómetros con Colombia, el traidor de Ecuador Lenin Moreno se esfuerza por echar a los venezolanos de su paísacusándolos de “asesinos”, por la acción descarriada de un compatriota bolivariano, por eso se reactiva el Plan “Vuelta a la Patria”.
En Venezuela por su parte, ante la proximidad de una fecha emblemática como el 23 de enero, la oposición se envalentona de nuevo y estimula intentos fallidos de insurgencia con militares mercenarios e insurrectos (GNB), quienes buscan proclamaral Presidente en desacato” Juan “Guasón”.
“El Guasón” desde la AN, está hoy a las puertas de perder su inmunidad parlamentaria -a cambio de jugar dominó en pareja con Leopoldo López – también vinculado porsesudos letrados con la familia del Libertador Simón Bolívar.
Ya las cartas están echadas por el Gobierno del Presidente Nicolás Maduro al frente de la Revolución, acompañado de las Fuerza Armada Nacional Bolivariana y de las fuerzas revolucionarias del pueblo soberano (unión cívico – militar), quienessaldrán a la calle este 23 de enero, para gritar a los cuatro vientos la consigna del Comandante Supremo Hugo Chávez Frías:
¡Unidad, lucha, batalla y victoria!
¡Amanecerá y veremos!