Con la gorra tricolor, la bandera de Venezuela, camisetas vinotinto y algunos insultos contra el presidente Nicolás Maduro, exiliados del país sudamericano en crisis se hacen sentir estos días en el estadio Rod Carew de Panamá, durante la Serie del Caribe de béisbol.
Llegan para apoyar a los Cardenales de Lara, el equipo representativo de Venezuela en la Serie, que se ha convertido en una mínima válvula de escape para que muchos venezolanos intenten aparcar por un rato los graves problemas que enfrenta su país.
Algunos ni siquiera son seguidores de Cardenales, pero acuden al estadio para encontrarse con sus connacionales. En medio de la crisis, consideran que un triunfo de Venezuela tendría un sabor especial.
“Anímicamente todo triunfo venezolano afuera es una emoción y entre todo lo malo, una buena noticia es lo mejor”, dijo a AFP Simón Soto, un ingeniero venezolano radicado en Panamá desde 2016 y fanático de los Navegantes del Magallanes.
Llevaba más de tres años sin ver en directo un juego de béisbol, hasta que decidió ver a Cardenales frente a Leñadores de las Tunas de Cuba en la Serie del Caribe.
“Es una emoción volver a ver a estos paisanos, ver la pelota venezolana, reunirnos, porque más que todo es un compartir entre venezolanos”, añadió.