Tras lanzadores necesitó Toros de Herrera para derrotar a 3×1 Cuba, y conquistar el título en la Serie del Caribe, edición 61, cita que finalizó el domingo en el estadio, Rod Carew, en Ciudad de Panamá.
Una serie que sorprendió a los amantes del deporte de las 4 esquinas, por las circunstancias que rodearon los ingredientes, para que la capital de la ciudad del canal, albergará la competencia que se juega tradicionalmente todos los años, por el mes de febrero.
En primera instancia, la cita peloteril tendría como sede a la bella ciudad de Barquisimeto, capital del estado Lara, el nido de los Cardenales, conjunto que al finalizar el torneo en Venezuela, conquistó el título y el derecho de ser el representante venezolano en el clásico.
No se pudo. La situación en nuestro país es un polvorín, y en reunión de la Confederación de Béisbol del Caribe, se tomó la determinación de designar a Panamá como la nueva sede.
Todo listo, y siendo Panamá la sede, obligatoriamente debería tener un representante, y precisamente, Toros de Herrera se acaban de titular en esa temporada. Se unieron los Leñadores de Cuba, y con seis equipos, se decidió jugar la serie.
Toros de Herrera, a la calladita y en condición de invitados, comenzó a ganar, a ganar y sorprender a sus rivales. Jugó en un grupo con Puerto Rico y República Dominicana y a ambos los metió en su red. Lo hizo todo bien.
Luego del calendario oficial, quedaron fuera, dominicano, boricuas, mexicanos, y venezolanos. La final se jugó entre los Leñadores de Cuba y Toros de Herrera de Panamá. Es su segundo título que consigue en este clásico, siendo el primero en el año 1.950 frente a los Yankees de Carta Vieja. Los canaleños se retiran de la Confederación y ahora participan como invitados. Ganán el título, pero no pueden retirar el premio, como tampoco puede hacerlo Cuba, sub-campeón, por ser equipos invitados.
Panamá derrota 3-1 a Cuba y se consagra campeón de la Serie del Caribe
Panamá presentó un equipos sólido, con peloteros invitados de otros países, cuba, México, dominicana y Venezuela, sorprendiendo a propios y extraños. Jugaron buen béisbol, poniendo en práctica todos los elementos y con un mañager, Manuel Rodríguez, moviendo las piezas en el momento preciso.
En cuanto a los representantes de Venezuela, Cardenales de Lara, en los dos primeros compromisos pasó apuros para obtener el triunfo, 5×1 ante México, 3×1 ante Cuba, pero luego se vino a menos. No respondió la ofensiva, y perdió los siguientes compromisos contra los aztecas 15×14 y contra Cuba, 3×1. En otra oportunidad será.
Gustavo Carrillo