Con calma y atendiendo los horarios de las distintas iglesias los fieles escucharon nuevamente el llamado de la iglesia católica de  imponerse la ceniza,  acto con el cual se da inicio al período de Cuaresma que significa el tiempo establecido para la purificación del espíritu.

Bien es sabido que se trata de una tradición del pueblo hebreo,  que cuando se sabían en pecado o cuando pretendían prepararse para una fiesta importante en la que debían estar purificados se cubrían de cenizas y vestían con saco de tela áspera, de esta manera se reconocían pequeños pecadores y con una profunda necesidad de pedir perdón a Dios.

Se trata de asumir que del polvo se viene y al polvo vuelven. Este día es un llamado a la conversión como comunidad cristiana y como iglesia.

En los distintos templos del estado, estaban preparados para recibir a sus fieles, imponerles la ceniza, trabajo que cumplen los trabajadores acompañados en la comunidad laica, reunida en los distintos grupos parroquiales.

En la mayoría de templos, se manejaron horarios de imposición, uno a las siete de la mañana, otros a las diez y el último a las cinco de la tarde, tomando en cuenta la edad de las personas y los enfermos además de la comunidad estudiantil de la respectiva parroquia.

En la basílica de Táriba, se impuso la ceniza toda la mañana, trabajo que se hizo de la mano de los laicos consagrados, que impusieron la ceniza durante todo el día, dando oportunidad a todas las personas de cualquier edad a iniciar el período de cuaresma colocando sobre su frente la señal de la Santa Cruz, una vez escuchada las frases, polvo eres y en polvo de ha de convertir, o arrepiéntete y cree en el evangelio”.

Nancy Porras